“Había que hacer un sacrificio”. El 19 de marzo regresan al evento en San Juan.

Dos nudos en las gargantas se confunden entre sí en el intento de que padre e hija describan lo que sienten el uno por el otro. Faltan palabras y sobran las emociones. Apenas pueden mirarse a los ojos que se inundaron de inmediato mientras Javier Pagán revelaba que su incursión como atleta en el evento deportivo Ironman 70.3 Puerto Rico se debe a una promesa que le hizo a su hija en el 2015 cuando la joven Julissa Pagán, con 15 años, recibía un diagnóstico de cáncer de tiroides.

Si alguna palabra en el mundo logra estremecer hasta el alma es la que conforma el término cáncer, y Javier y Julissa dan fe de eso, pero con la fortuna de transformar la enfermedad en un impulso para que ambos se convirtieran en atletas de un evento retante y sacrificado como lo es el Ironman 70.3 Puerto Rico edición 2023 a celebrarse este próximo domingo, 19 de marzo con la participación de más 800 atletas registrados en Puerto Rico.

Julissa, ahora con 22 años, e hija única de Javier y su esposa Maritza Nazario, por primera vez participará en el evento en la modalidad de relevo junto a su padre y su tío Guillo Pagán.

La joven, que comienza en agosto a estudiar en la Escuela de Derecho de la Universidad Interamericana, realizará la primera parte de natación que comprende la distancia de 1.2 millas, su padre se enfrentará a la ruta de 56 millas y su tío hará el recorrido de 13.1 millas, distancia de un medio maratón. Todos harán el evento por la conexión emocional que existe entre ellos y en el caso de Julissa en respuesta recíproca a las acciones de su padre al competir en otras ediciones de Ironman y Fullman en y fuera de Puerto Rico como parte de la promesa que le hizo a su niña en medio de la enfermedad.

“Realmente a mí me motivó mi papá porque él ha hecho varios y todos los hizo por mí. Papi siempre ha sido muy atento conmigo, siempre está en todo lo que se me ocurra y es mi mejor amigo”, suelta Julissa con los ojos llorosos y el taco en la garganta desde la zona del Parque del Tercer Milenio en el Escambrón en San Juan, lugar que forma parte de sus entrenamientos desde hace unos meses.

Francisco Javier Pagán y su hija Julissa competirán en la modalidad de relevo junto al hermano de Francisco en el IRONMAN 70.3 de Puerto Rico.
Francisco Javier Pagán y su hija Julissa competirán en la modalidad de relevo junto al hermano de Francisco en el IRONMAN 70.3 de Puerto Rico. (Ramon "Tonito" Zayas)

Fue durante una visita de chequeo de rutina al pediatra de Julissa, que el médico notó que la joven tenía el área del cuello un poco ancha por lo que recomendó varios exámenes precisos de la zona. Sus laboratorios de sangre sobre las pruebas TSH, T4 y T3 salieron bien, pero la insistencia de los médicos en la revisión de la tiroides, luego de varias biopsias resultó en un positivo a cáncer, etapa uno. Este proceso se dio justo después de su celebración de 15 años en noviembre de 2015.

Ese mismo año Julissa fue sometida a una primera operación, luego en marzo de 2016 volvió a sala de operaciones para ser intervenida quirúrgicamente y comenzar su tratamiento de yodo radioactivo. Su último tratamiento fue en verano de 2022. En la actualidad goza de un buen estado de salud que le ha permitido entrenar semanalmente para el evento y sigue con revisiones médicas cada seis meses. Hoy, conoce los sacrificios de su padre en el entrenamiento y preparación para el evento deportivo y los emula en gratitud a su progenitor.

“En verdad no sabía ni qué pensar cuando me dijeron que el resultado fue positivo. Tenía 15 años y de hecho ese día yo quería ir a la escuela y me dieron una excusa para no ir y poder procesarlo. No sé explicar cómo me sentí ese día. Lo que sí es que traté durante todo el proceso de estar bien de ánimo y no pensar en eso. Seguí con mi vida normal, gracias a mi familia”, cuenta la joven que nunca permitió que la enfermedad la aminorara o la limitara, al contrario, le echó más ganas a todo lo que se propuso incluyendo su desarrollo como atleta.

Una promesa de amor

A quien la enfermedad estremeció realmente fue a los padres de Julissa, en especial a Javier ya que el apego emocional entre padre e hija se proyecta en el tiempo que comparten juntos, en las actividades que prefieren, en las miradas de complicidad y hasta en el hablar pausado que ambos tienen.

“Desde chiquita ella siempre estuvo conmigo más que con la mamá. Se fue a estudiar cuatro años a Boston University y regresó con la loquera de hacer el Ironman… y le dije: ‘Sigue porque esto es entrenamiento, acostarse temprano, trabajar’. Julissa es una hija muy buena, su genio es un poquito fuerte. Es inteligente, es una niña de su casa, estudiosa y siempre decidida en sus cosas. Si decide hacer algo, lo hace hasta que lo logra”, precisa el corredor de bienes raíces sobre su hija.

En la desafiante preocupación de comprender qué le sucedía a su hija y cómo el cáncer estaba en la tiroides de una adolescente, Javier solo pensaba qué retribución podía realizar por la salud de su hija. Fue entonces que decidió competir en su primer Ironman sin tener conocimiento alguno del evento, solo tenía la certeza de que cada brazada, pedaleada y pisada tenía un nombre: Julissa.

“Esto fue una promesa… (dice compungido). Había que hacer un sacrificio por ella y esto es un sacrificio. Las madrugadas, el entrenamiento, el tiempo de los fines de semana. Empecé con uno (Ironman), luego fue uno por cada operación. Mi promesa se dio cuando le diagnosticaron el cáncer de tiroides, después de sus quince años. Mi promesa era que todo saliera bien ya que un principio la primera biopsia fue negativa y luego salió positiva. Uno al principio siempre piensa lo peor (vuelve el nudo a su garganta) por todas las historias de todo el mundo y muchos conocidos que padecen de cáncer. Al principio nosotros tuvimos que hacernos los más fuertes para ella. Ella no se daba cuenta, tenía 15 años. Esto fue más(duro) para nosotros aceptarlo que para ella”, detalla emocionado Javier, quien es entrenado por el entrenador Rafa Colón.

Julissa, que está entrenando para la parte de natación, está en remisión de cáncer en la tiroides y tuvo su última radioterapia el verano pasado, luego de varias cirugías. Francisco, que comenzó a participar en estos eventos a raíz del diagnostico de su hija, hará las otras dos partes junto a su hermano.
Julissa, que está entrenando para la parte de natación, está en remisión de cáncer en la tiroides y tuvo su última radioterapia el verano pasado, luego de varias cirugías. Francisco, que comenzó a participar en estos eventos a raíz del diagnostico de su hija, hará las otras dos partes junto a su hermano. (Ramon "Tonito" Zayas)

Sobre su proceso contra la enfermedad, Julissa hace una comparación con la preparación y entrenamiento que se requiere en el evento deportivo.

A nivel de sacrificio destaca que son muchos ya que es un cambio radical de estilo de vida y se requiere una mentalidad muy positiva tanto para someterse a las operaciones y el tratamiento, como para tirarse al agua fría y nadar en el mar abierto, cuando ella de pequeña solo nadaba por diversión. Lo mismo le ocurre cuando tiene que rodar decenas de millas y colocarse después unos tenis para sumar otro tramo en carrera pedestre.

“Se necesita mucha preparación para la competencia y eventos que participes igual que para el tratamiento contra el cáncer. Un mes de dieta, laboratorios para que me dieran el tratamiento en sí”, afirma la joven que ha sido voluntaria en eventos anteriores de Ironman en la isla.

Julissa Pagán,, de 22 años, está entrenando para la parte de natación.
Julissa Pagán,, de 22 años, está entrenando para la parte de natación. (Ramon "Tonito" Zayas)

De hecho, en el 2017, en medio de su tratamiento contra el cáncer donde no podía tomar sol le pidió a su madre quedarse en un hotel en San Juan para poder estar justo en la llegada de su padre que hizo el evento completo y fue ella en medio de lágrimas quien le colocó la medalla a su campeón.

El Ironman 70.3 Puerto Rico se distingue como un evento en el que se dan cita atletas de alto rendimiento y aficionados de diferentes partes del mundo, para realizar la rigurosa competencia.

La salida oficial del evento será a las 6:55 a.m., en la Laguna del Condado, donde los atletas nadarán una distancia de 1.2 millas y continuarán hacia el área de transición en el Parque del Tercer Milenio, para comenzar la ruta de 56 millas de ciclismo a lo largo de la costa norte de San Juan en dirección oeste hacia el municipio de Dorado y de regreso por la misma ruta hacia el Parque del Tercer Milenio para la etapa pedestre. Esta última etapa llevará a los participantes a través del Viejo San Juan en un recorrido de 13.1 millas, culminado nuevamente en el Parque del Tercer Milenio.

Otra meta juntos: Portugal

Javier explica que el mayor consejo que le ha dado a su hija durante los entrenamientos es que sea persistente y consistente. Julissa ha acatado el consejo al pie de la letra, tanto así que una vez este domingo crucen la meta juntos, su próximo paso es continuar los entrenamientos en las tres disciplinas deportivas para realizar su primer Ironman en Portugal y papá también lo completará en su totalidad. La desafiante cita deportiva será en octubre de 2023.

El entrenamiento para este evento y para el que esperan completar requiere un ciclo de seis días a la semana, con un solo día de descanso. Se despiertan a las 4:00 a.m. y realizan las tres disciplinas deportivas, nadar, bicicleta y correr, en días alternos y algunos días se repiten dos.

Por lo pronto Javier y Julissa esperan culminar este domingo el Ironman de Puerto Rico, en medio de las emociones que saben que vivirán ante la satisfacción de proclamar: promesa realizada, respuesta cumplida.

💬Ver comentarios