Sentir los músculos un tanto rígidos después de entrenar, es esperable, pero las alarmas deben encenderse cuando el malestar imposibilita realizar las actividades cotidianas
Sentir los músculos un tanto rígidos después de entrenar, es esperable, pero las alarmas deben encenderse cuando el malestar imposibilita realizar las actividades cotidianas
“Sin dolor no hay ganancia” o “solo sobreviven los fuertes”, son algunas de las frases más populares entre los amantes del “fitness” quienes argumentan que para tener un cuerpo definido, sólido y trabajado, deben sufrir. Pero, ¿qué grado de certeza tienen estos dichos? ¿La aflicción es sinónimo de entrenamiento? ¿Qué tanto tiene que doler el ejercicio para que sea efectivo?
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