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La química y los químicos que alimentan el amor
El amor romántico funciona como una anestesia natural
Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 15 años.
16 de abril de 2010 - 10:18 AM
Según Harville Hendrix, doctor en Psicología y Teología de la Universidad de Chicago y autor de varios ‘best sellers', entre ellos ‘Getting the love you want' y ‘Keeping the love you find', el amor romántico es el sumo de la inconsciencia pues, al enceguecernos frente a la realidad, concede un servicio muy valioso a la humanidad.
Opina que todos inconscientemente escogemos a alguien que es como nuestro padre o cuidador y entonces esperamos que nuestra pareja nos ame como nuestros padres lo hicieron. Por lo tanto, nuestra pareja está dispuesta a abrir todas nuestras viejas heridas. Si no estuviéramos cegados por el amor romántico, saldríamos gritando en la dirección opuesta. Así que el amor romántico actúa como una anestesia natural para que nos juntemos el tiempo suficiente que nos permita ver si podemos lograr que la relación funcione. "El amor romántico puede durar unas pocas semanas o incluso unos pocos años pero, indudablemente, la burbuja se romperá y la pasión o el amor romántico empezará a desvanecerse", dice.
Añade que "durante la etapa boyante del amor romántico de una relación, gracias a las esperanzas y a las endorfinas, cada miembro de la pareja voluntariamente provee lo que el otro quiere y necesita, de manera que se produce en realidad una base para anticiparse a creer que la relación será satisfactoria. Pero el compromiso que va más allá de la propia ceremonia nupcial cambia eso y las cosas empiezan a desarticularse. Cuando la anticipación se convierte en expectativa, ambos miembros de la pareja tienden a separarse un poco de ese amor incondicional y de esa generosidad que caracteriza el inicio de la relación. En esa etapa, ellos comienzan a esperar, a demandar o a sentirse merecedores de que la pareja satisfaga todas sus necesidades".
En conclusión, señala que debido a que han escogido parejas que tienen las mismas debilidades de sus progenitores, es muy posible que sientan que les fallan de la misma forma devastadora y, lógicamente, se produce el desencanto mutuo.
Según el autor, todas las parejas ven en el amor romántico una etapa menos apasionada. Se supone que el amor romántico debe terminar y así sucede durante la lucha por el poder dentro de la relación. La relación se desplaza desde la ilusión romántica hacia la desilusión que proviene de esa lucha de poder que se inicia.
La ciencia en la relación amorosa
A lo largo de la historia, la humanidad ha hecho del corazón el centro del amor. Pero los científicos nos dicen que el amor está en nuestra mente o nuestro cerebro y se alimenta de los químicos y la química.
Apasionamiento: cuando dos personas se atraen, una explosión virtual de los neuroquímicos similares a la adrenalina se produce. Los juegos artificiales explotan y vemos estrellas. La phenylethylamina (PEA) es un químico que acelera el flujo de la información entre las células nerviosas. También involucradas en esta química están la dopamina y la norepinephrina, químicos primos de las anfetaminas. La dopamina nos hace sentir bien y la norepinephrina estimula la producción de la adrenalina. Esto hace que nuestro corazón empiece a correr. Estos tres químicos se combinan para producir el apasionamiento o la llamada "química". Es por esto que los nuevos amantes se sienten eufóricos y energizados y flotan en el aire. Es por esto también que los amantes pueden hacer el amor por horas y hablar toda la noche por semanas, sin fin. Esta es la química o los estallidos de amor que todos vemos.
"En realidad, cuando tenemos química con alguien no es exactamente algo muy halagador. Ciertamente, algunos pudieran considerarlo insultante. ¿Por qué? Porque nuestro cerebro produce PEA cuando identifica a alguien que puede: a) finalizar lo que quedó inconcluso de nuestra niñez y b) devolvernos lo que perdimos debido a la socialización en el proceso de nuestro crecimiento y desarrollo", dice Hendrix.
Según el autor, los solteros buscan el amor armados con una lista de cualidades deseables en la pareja. Sin embargo, cuando esa persona aparece, entonces dicen: "Es realmente una gran persona, pero no pudimos hacer contacto, no hubo 'química'. Desafortunadamente, lo que sucede es que escuchamos ese clic cuando reconocemos nuestra situación original padre/hijo y es entonces cuando nuestro cerebro realmente hace que las phenylethylaminas y otros químicos empiecen a moverse.
"Algunas personas se convierten en adictos al amor. Ellos necesitan la química o la excitación producida por la química para sentirse felices e intoxicados con la vida. Una vez que este apuro inicial de los químicos se desvanece (inevitablemente entre seis meses y tres años más tarde, dependiendo de los individuos y de las circunstancias), su relación fracasa. Retornan nuevamente a convertirse en detectives en busca de un remedio a sus sentimientos de pérdida, es decir otro apasionamiento y encantamiento producido por la química", dice Hendrix.
Y añade que estos adictos al amor tienen también otro problema y es que el cuerpo desarrolla tolerancia a estos químicos y, entonces, se necesita más y más química para conseguir ese sentimiento especial del amor. Ellos buscan esa intoxicación de la química y el encantamiento. "Muchos adultos van por la vida involucrados en una serie de relaciones que duran de seis meses a tres años. Si estos adictos al amor se mantienen casados es muy posible que busquen relaciones extramaritales para llenar su necesidad de químicos que les pongan a volar", anota el autor.
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