El melanoma representa el 1% de los casos de cáncer de piel, pero es la principal causa de la gran mayoría de muertes por este tipo de cáncer. (Archivo)
El melanoma representa el 1% de los casos de cáncer de piel, pero es la principal causa de la gran mayoría de muertes por este tipo de cáncer. (Archivo)

No es el cáncer de piel más frecuente, pero si no se detecta y se trata a tiempo es el más peligroso porque se puede propagar a otras partes del organismo. En cambio, si se diagnostica en etapa temprana, la supervivencia es mayor del 90%. Así es el melanoma, un tipo de cáncer de piel que se origina cuando los melanocitos (las células que producen el pigmento de la piel) comienzan a crecer fuera de control y causa cambios en la piel, como un lunar o una mancha que crece o cambia de apariencia o una lesión que no sana, un diagnóstico que se tiende a asociar con un factor de riesgo muy común en Puerto Rico, la exposición al sol.

Es lo que vivió hace unos diez años la periodista puertorriqueña Frances Ryan, quien no olvida el día en que, al salir del baño y mirar hacia el espejo, vio una mancha en la piel de su seno izquierdo. “Mi primera reacción fue que estaba sucio. Pero cuando miré bien, era una mancha como del tamaño de un chavito y tenía unas características muy particulares; era asimétrica (no era redonda) y también tenía un color morado de diferentes tonos”, recuerda la paciente de 55 años, quien conocía sobre este cáncer porque un tío es sobreviviente de melanoma.

“No tenía ninguna protuberancia ni dolor, así que me tomó por sorpresa. Hay muchos factores que inciden en el cáncer, pero en el melanoma que tuve, según me dijo la doctora, uno de los factores de riesgo es la gordura. Y yo estaba con sobrepeso en ese momento. Pero ya estoy libre de cáncer”, afirma Frances, quien trabaja en relaciones públicas y es la creadora de la iniciativa cultural “Alegría Puerto Rico”, concebida como una marca de país, con la que busca dar a conocer la cultura a través de productos y actividades que celebren la puertorriqueñidad.

Roberto Guardiola es otro paciente, de 53 años, que ha lidiado con este tipo de cáncer en dos ocasiones. La primera fue hace un poco más de una década, descubierto un día que estaba en la playa con su hermano y este le instó a que fuera a chequearse un lunar “diferente” que tenía en la parte de atrás de la rodilla izquierda. “Fui al dermatólogo y luego de una biopsia que confirmó que era melanoma, se hizo una cirugía y se sacó todo, al igual que un nódulo de la ingle. Pero no se había regado, así que se cogió a tiempo”, recuerda el empresario, a quien le recomendaron chequearse regularmente debido a la posibilidad de que volviera a salir. Y nueve años después, la enfermedad volvió a aparecer.

“Yo estaba en unos procesos de transición de mi empresa y pospuse la cita médica. Pero un año después ya se había convertido en algo mayor, se había regado. El doctor Samuel Sánchez (dermatólogo), que es un ángel, desde que identificó que había regresado el melanoma, me dio esperanzas y dijo que había unos cambios relacionados al tratamiento y que debía estar pendiente a todas las recomendaciones”, agrega, tras indicar que esta vez el cáncer estaba en estadío IV, pero recibió un tratamiento de inmunoterapia personalizada que lo han ayudado a combatir la enfermedad y no ha sido necesario una cirugía.

Cuando el melanoma se diagnostica en etapa temprana, la supervivencia es mayor del 90%.
Cuando el melanoma se diagnostica en etapa temprana, la supervivencia es mayor del 90%. (Shutterstock)

Educación y prevención

Vivimos en un país tropical y estamos acostumbrados a los candentes rayos solares durante todo el año. Una exposición que, cuando es prolongada y no te proteges adecuadamente, estás en riesgo de quemaduras en la piel, uno de los factores de riesgo principales para desarrollar melanoma o cualquier otro tipo de cáncer de piel.

Precisamente, el próximo martes, 23 de mayo, se celebra el Día Mundial del Melanoma, una fecha que tiene el propósito de concienciar a la población sobre la importancia del diagnóstico y tratamiento temprano. Este año, además, varias organizaciones de salud -la Sociedad Dermatológica de Puerto Rico, la Sociedad Americana Contra el Cánce de Puerto Rico y la Asociación de Hematología y Oncología Médica de Puerto Rico, así como la biofarmacéutica Bristol Myers Squibb, se han unido para lanzar la campaña educativa “El melanoma puede estar en cualquier lugar”.

“La campaña enfatiza en que, de la misma manera que el melanoma puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, todos estamos expuestos a la luz solar o a la radiación ultravioleta, factor principal para el cáncer de piel. En Puerto Rico, estamos siempre expuestos, especialmente si realizamos actividades en el exterior. Cualquier lunar, llaga, protuberancia, imperfección, marca o cambio inusual en el aspecto o la sensación de un área de la piel podría ser una señal de melanoma u otro tipo de cáncer de piel”, advierte el dermatólogo Samuel Sánchez, presidente de la Sociedad Dermatológica de Puerto Rico.

“El melanoma es uno de los tres tipos principales de cáncer de piel. Pero el más común es el carcinoma basocelular y el escamoso, que son los que vemos en áreas expuestas al sol en personas de tez clara”, agrega el doctor Sánchez, quien estima que los últimos dos comprenden el 98% de los cánceres en piel. El especialista también advierte que tener quemaduras en la piel debido al sol entre los 15 y los 20 años, aumenta el riesgo de cáncer de piel en un 80%.

Dos ejemplos de cómo puede lucir un melanoma.
Dos ejemplos de cómo puede lucir un melanoma. (Archivo)

Este tipo de cáncer se puede observar en la piel como una mancha pigmentada con bordes irregulares y con áreas claras y oscuras. “El color no es uniforme, tiene diferentes tonalidades o unos colores que no son compatibles con un lunar normal, como el color más azulado, un color más rojizo. Puede ser también una lesión color marrón o un color de lunar”, añade la oncóloga Josselyn Molina, tras resaltar que es un cáncer que puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, desde la planta del pie hasta en el ojo o las uñas. No obstante, señala que, aunque las pieles claras están a más riesgo “esto le puede dar a cualquier persona” y añade que, además de la exposición al sol o a salones de bronceado, también hay factores de riesgo genéticos.

“Aparece comúnmente en las piernas de las mujeres y en el tronco en los hombres. Pero se debe tener en cuenta que pueden surgir en cualquier parte de la piel, incluso en áreas cubiertas del sol”, reitera la oncóloga.

Opciones de tratamientos

Es importante resaltar que, en los últimos años, han llegado nuevos y mejores medicamentos y terapias que han logrado una mejor respuesta para este tipo de cáncer. Pero la detección temprana y tomar medidas para su prevención, sigue siendo lo más importante para atajar a tiempo la enfermedad.

“Cuando el melanoma se detecta temprano, si no ha invadido otros órganos, es curable. Pero si llega a tejidos más profundos y pasa a los nódulos linfáticos la situación cambia”, advierte el doctor Sánchez, al reiterar que en sus fases iniciales se opera, se saca el tumor y con eso se cura.

En eso coincide la oncóloga Molina, al señalar que en la cirugía se evalúan los nódulos linfáticos y de estar enfermos “entendemos que la enfermedad está más avanzada y se procedería a darle el beneficio al paciente de una terapia sistémica de medicamentos y, dependiendo las características del tumor, podemos dar diferentes opciones de tratamiento”.

“El melanoma puede aparecer de muchas formas. Por eso es importante que nos evaluemos, que conozcamos nuestro cuerpo para saber qué es la norma. Y, así, cuando hacemos una reevaluación, podemos ver si hay manchas nuevas y acudir rápido a nuestro dermatólogo, que es el doctor especializado en la piel para saber si esas lesiones requieren de un estudio adicional”, recomienda la oncóloga, quien resalta que los tratamientos de melanoma han evolucionado muchísimo después del surgimiento del concepto de la inmunoterapia.

De la misma forma, la doctora Molina resalta que hoy se cuenta con “terapias dirigidas de acuerdo con la expresión o las mutaciones que exprese el tumor”. Además de la quimioterapia que también se mantiene como otra opción de tratamiento. “El melanoma requiere de una evaluación formal por un oncólogo para determinar cuál es el mejor tratamiento posible para ese paciente. Es una enfermedad sumamente agresiva, especialmente cuando está en estadío tres o cuatro. Pero hemos logrado tener un mejor control y prolongar la vida de estos pacientes significativamente”.

De ahí la importancia, enfatiza la doctora Molina, que todos dconozcamos los factores de riesgos que se pueden prevenir o disminuir. También recomienda usar un bloqueador solar todos los días con un factor de protección solar (SPF en inglés) mayor de 50 o usar ropa protectora si vamos a estar expuestos al sol por mucho tiempo. “Siempre es importante hacer una evaluación de nuestro cuerpo para identificar cambios y, obviamente, siempre menciono aspectos que creo son importantes, como ser feliz, llevar una alimentación saludable y hacer ejercicios, porque eso hace que nuestro cuerpo esté mucho más fuerte para combatir esta o cualquier enfermedad”.

El ABCDE del melanoma

Algunas de las características del melanoma que debes tener en cuenta para identificarlo lo más temprano posible, según indica la oncóloga Josselyn Molina:

1. Asimetría (una mitad de un lunar no coincide con la otra)

2. Bordes irregulares

3. Color (variedad de tonalidades)

4. Diámetro (mayor de 6mm, o la goma de un borrador)

5. Evolución (cualquier cambio en tamaño, forma, color, elevación u otro síntoma nuevo como sangrado, picazón o formación de costras).

Factores de riesgo

Se estima que, en promedio, el riesgo de contraer melanoma se duplica si has tenido más de cinco quemaduras solares. No obstante, con solo una quemadura solar con ampollas durante la infancia o la adolescencia, se duplican las probabilidades de desarrollar melanoma en algún momento de la vida. Otros riesgos incluyen:

- Personas con 50 o más lunares o con lunares atípicos (“dysplastic nevi”).

- Cabello rojo o rubio, ojos azules o verdes, y/o una tez clara.

- Dos familiares inmediatos (padres, hijos, hermanos, tíos) que hayan tenido melanoma.

- Historial personal de melanoma (diagnóstico previo).

- Historial personal de cáncer de piel, como carcinoma basocelular o carcinoma espinocelular).

- Un sistema inmune comprometido como resultado de la quimioterapia, trasplante de órganos, o enfermedad (ej. VIH, linfoma).

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