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El peor brote de sarampión en décadas en los Estados Unidos ilustra con claridad el impacto que la difusión de creencias erróneas acerca de la vacunación puede tener en la salud global. Nueva York decretó el estado de emergencia, al tiempo que se ordenó que los vecinos de cuatro distritos de Williamsburg, uno de los principales enclaves de la comunidad judía ortodoxa, particularmente afectada, tendrían que vacunarse en los siguientes dos días o afrontar multas de $1,000.