Hasta La Bodega de Méndez llegó Lyn Farmer, un educador certificado del DipWSET, para impartir su conocimiento sobre el arte de la armonización del agua.
Hasta La Bodega de Méndez llegó Lyn Farmer, un educador certificado del DipWSET, para impartir su conocimiento sobre el arte de la armonización del agua. (Carlos Rivera Giusti)

Más allá de que el agua es el principal componente del cuerpo humano y que su consumo brinda grandes beneficios a la salud, desde el aspecto gastronómico, goza además de otros atributos que ayudan al momento de ingerir alimentos y vinos.

“El agua adecuada mejora el sabor”, estableció Lyn Farmer, un galardonado escritor de vinos y comida, además de educador certificado, a su visita a Puerto Rico, desde Miami, quien conversó en La Bodega de Méndez con unos 100 profesionales del ámbito gastronómico para impartir su conocimiento sobre cómo armonizar el vino y el agua.

Luego de mencionar que el gusto está ligado al agua y que sin agua no podríamos tener gusto, destacó que este líquido resulta esencial para permitirnos habilitar el sabor de las cosas.

“Producimos saliva para disolver la comida y poder sentir los cuatro sabores: dulce, agrio, salado y amargo”, explicó el experto al mostrar una visión diferente de lo que es el agua, y aportar sus conocimientos sobre los atributos, la calidad, y el valor de las aguas minerales, que en esta ocasión utilizó los productos Acqua Panna y S. Pellegrino.

Unos 100 profesionales del ámbito gastronómico lograron constatar cómo armonizar el vino y el agua, y elevar los sabores con un pareo adecuado.
Unos 100 profesionales del ámbito gastronómico lograron constatar cómo armonizar el vino y el agua, y elevar los sabores con un pareo adecuado. (Carlos Rivera Giusti)

Por un lado, señaló que la Acqua Panna es más alcalina, ligera y fresca al paladar, con una balanceada composición en minerales, que crea una sensación suave en la boca. Por tanto, parea bien con sabores más ligeros, brillantes y con texturas.

En cambio, destacó que la S. Pellegrino es rica en minerales, de cuerpo completo y persistente sabor, con una carbonatación natural, lo que le da una ligera acidez. Por ende, parea de manera ideal con sabores más pesados, con mucho cuerpo y textura.

Este “water sommelier”, educador certificado del DipWSET (Wine and Spirits Education Trust), presentó diversos ejercicios de pareos con agua para los amantes del buen comer y de los vinos, para cambiar su visión y así enaltecer la experiencia gastronómica.

“Prueba el vino blanco y después prueba Acqua Panna. Notarán que el sabor del vino persiste, porque al ser más básica y alcalina, parea con sabores más ligeros, brillantes y con texturas”, señaló a la vez que instó a que se intentara hacer lo mismo con agua de la pluma, para que los asistentes pudieran notar la diferencia.

“La intención es que cuando los comensales vean estas botellas de aguas en los restaurantes, de antemano sepan que su experiencia al paladar va a ser más elevada”, destacó Farmer, quien realizó varios pareos de vino tinto con sal, chile (picante) y chocolate, intercalados con el agua carbonatada.

Perfectos pareos:

Pareos sugeridos de agua aterciopelada

El agua aterciopelada y redonda es para platos delicados y suaves, tales como: pescado, quesos frescos, postres, vino blanco, whisky, vinos dulces y café con leche.

De este modo: acentúa la sensación de salado; balancea las notas agridulces; hace que el plato se sienta más redondo, suave y dulce al paladar; el picante puede prevalecer; aporta notas más dulces y redondas; no ayuda a limpiar el paladar; y balancea las notas umami.

Su temperatura perfecta es de 37grados Farenheit.

Pareos sugeridos del agua con gas

El agua con gas es ideal con platos estructurados y crujientes, tales como: carne a la parrilla, quesos grasos, comida umami, vinos tintos, cervezas “dark” y “amber”, grappa o brandy, y café con intenso sabor.

De este modo: balancea la sensación amargura, mejora las notas agrias y crujientes; ayuda a limpiar el paladar y deja un postgusto refrescante; apoya platos con especias y/o picantes y ayuda a limpiar el paladar con sus burbujas; además de mejorar las notas umami.

Su temperatura perfecta es de 41 a 44 grados Farenheit.

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