Adaptabilidad, diversificar a tiempo y exportar servicios han sido las claves durante los complejos y gratificantes 25 años de Integra Design Group, compartieron sus socios fundadores, Carlos Báez y Richard Cuebas.
Con un catálogo que va desde residencias y edificios públicos hasta obras viales y de infraestructura crítica, Integra apuesta a proyectos de recuperación más grandes, fuera de Puerto Rico, y a fortalecerse como una firma de servicio completo para sus clientes.
“Tenemos casi 150 empleados, la gran mayoría en las oficinas de San Juan y de Guaynabo. En Charlotte, (Carolina del Norte) tenemos 9, y en República Dominicana, cuatro”, detalló el ingeniero Báez.
De la plantilla, que se ha quintuplicado en 10 años, 75% son profesionales de arquitectura e ingeniería civil, eléctrica y estructural. También cuentan con gerentes de proyectos y delineantes que colaboran en el proceso de crear diseños y modelos tridimensionales.
Junto con su tercer fundador, Carlos Purcell, quien falleció en el 2022, los socios recordaron que iniciaron la firma a principios de XXI, cuando la construcción era un sector pujante en Puerto Rico.
“Empezamos especializados más en residencial, multifamiliar, urbanizaciones”, indicó el arquitecto Cuebas. “En 2006 a 2007 empiezan las dificultades económicas y nos hacen inclinarnos más a la parte de la arquitectura”.
Diversificar para sobrevivir
En 2008, la construcción se desplomó, pero como firma todavía joven optaron por diversificarse, en vez de cerrar -como fue el caso en otras empresas- o desbandarse para emigrar.
“Hemos ido añadiendo sectores: comercial, institucional y gerencia de proyectos”, explicó Báez. “Hoy podemos decir que somos literalmente un one stop shop”.
Para seguir creciendo más allá del mercado de Puerto Rico, establecieron oficina en República Dominicana y, en 2016, plantaron bandera en Charlotte, Carolina del Norte, que les ha aterrizado proyectos en otros estados como Georgia y Virginia.
Con tantos años de trayectoria, Báez pasó trabajo para seleccionar cuál ha sido su proyecto favorito, pero se decidió por La Barquita, en el norte de Santo Domingo, República Dominicana.
El proyecto incluyó hacer el plan maestro para desarrollar infraestructura, viviendas y áreas comunes para la reubicación de la comunidad La Barquita, que vivía en condiciones precarias y peligrosas, pues se ubicaba en terrenos inundables de la cuenca del río Ozama.
“Fueron casi 2,000 unidades de vivienda que trabajamos. Tuvo impacto social en el país y lo mucho que aprendimos con un tema que profesionalmente es lo mismo que acá, pero culturalmente no lo es”, expresó Báez.
Otro proyecto memorable fue el diseño de la primera escuela pública certificada LEED Gold entre 2011 y 2012. La construcción del plantel Cayetano Coll y Toste, en Arecibo, estuvo a cargo de Aireko.
“Ese proyecto estuvo buenísimo. Tratamos y logramos que se nos aceptara proveer a los estudiantes con espacios libres. Si das algo bueno al usuario, por diseño, lo van a cuidar”, afirmó Báez.
En el camino, también han participado en la reconstrucción o elevación de puentes; mejoras en plantas de tratamiento de aguas; estabilización de deslizamientos; y reparaciones de emergencia en viviendas, con el proyecto “Tu hogar renace”, luego del huracán María.
“Son proyectos que sirven un propósito demasiado importante”, reflexionó Baéz.
También han aceptado retos que han sacado a la firma de su zona de confort.
Entre estos, Cuebas contó que llegaron a trabajar “en una represa dentro de una mina de oro”. Su rol fue de control de calidad, que incluyó hacer pruebas y montar en el lugar todo un laboratorio para muestreo.
Mientras, en Dominicana, participaron en un proyecto para crear una nueva represa, que incluyó inundar cuatro comunidades y construir un nuevo pueblo en otra localidad, con todos los componentes necesarios, como tanque de agua y planta de tratamiento. “Fue interesantísimo”, afirmó Báez.
“Donde competimos en el Caribe es haciendo proyectos así, cosas que son nicho en los que somos especialistas”, expuso Cuebas.
Lo próximo
Con la experiencia ganada en proyectos de respuesta a desastres, “nos convertimos sin querer, en expertos en recuperación, en proyectos federales”, destacó Cuebas.
Por ello, han participado de la rehabilitación de residencias en la costa de Carolina del Norte y allí forman alianzas para licitar proyectos de más peso.
A su vez, Cuebas celebró que, con el repunte de la demanda de vivienda, hayan renovado “la vena de desarrollo residencial” que hace años no podían utilizar en Puerto Rico. Aunque adelantan el proyecto bajo otra entidad corporativa, Cuebas indicó que el diseño del proyecto Hacienda Los Recreos, en Guayama, se hizo en Integra.
“La industria no ha tenido un momento como este hace un montón de años”, celebró Báez.
Y, conscientes de la competencia feroz por profesionales licenciados con experiencia, compartió que han sido exitosos en retener a sus talentos con una mezcla de compensación y ambiente laboral.
“Hemos logrado ser intencionales en mantener la cultura de colaboración, de compañerismo. Los empleados nos recomiendan a otros”, finalizó Cuebas.

