El número de abortos en Estados Unidos aumentó nuevamente en 2024, y las mujeres continúan encontrando formas de obtenerlos a pesar de las prohibiciones y restricciones en muchos estados, según un informe publicado el lunes.

El último informe del proyecto WeCount de la Sociedad de Planificación Familiar, que apoya el acceso al aborto, se publicó un día antes del tercer aniversario del fallo de la Corte Suprema de Estados Unidos que anuló Roe v. Wade y puso fin a casi 50 años de aborto legal a nivel nacional para la mayoría de los embarazos.

Actualmente, 12 estados están aplicando prohibiciones al aborto en todas las etapas del embarazo, con excepciones limitadas, y cuatro tienen prohibiciones que entran en vigor aproximadamente a las seis semanas de embarazo, a menudo antes de que las mujeres se den cuenta de que están embarazadas.

Si bien el número total de abortos ha aumentado gradualmente durante esos tres años, el número se ha reducido a casi cero en algunos estados, mientras que los abortos con píldoras obtenidas a través de citas de telesalud se han convertido en un método más común en casi todos los estados.

Las píldoras se utilizan en la mayoría de los abortos y también se recetan en persona.

La última encuesta, publicada el lunes, contabilizó alrededor de 1.1 millones de abortos a nivel nacional el año pasado, o alrededor de 95,000 al mes. Eso es más que los aproximadamente 88,000 mensuales en 2023 y 80,000 al mes entre abril y diciembre de 2022. WeCount comenzó después de que se revocara Roe, y los números de 2022 no incluyen de enero a marzo, cuando los abortos son tradicionalmente más altos.

El número aún está muy por debajo del pico histórico en Estados Unidos de casi 1.6 millones al año a fines de la década de 1990.

La Sociedad de Planificación Familiar se basa principalmente en encuestas a proveedores de abortos y utiliza estimaciones.

WeCount encontró que en los meses anteriores a que se emitiera el fallo de Dobbs, aproximadamente 1 de cada 20 abortos se accedía por telesalud.

Pero en los últimos tres meses de 2024, aumentó a 1 de cada 4.

El mayor salto durante ese tiempo se produjo a mediados de 2023, cuando entraron en vigor leyes en algunos estados controlados por los demócratas con disposiciones destinadas a proteger a los profesionales médicos que utilizan la telesalud para recetar píldoras a pacientes en estados donde el aborto está prohibido o donde existen leyes que restringen el aborto por telesalud.

WeCount encontró que aproximadamente la mitad de los abortos por telesalud el año pasado fueron facilitados por las leyes de protección. El número de abortos por telesalud también creció para aquellos en estados sin prohibiciones.

WeCount es la única fuente pública nacional de información sobre las píldoras recetadas a mujeres en estados con prohibiciones. Una advertencia clave es que no está claro cuántas de las recetas resultan en un aborto. Algunas mujeres pueden cambiar de opinión, acceder al aborto en persona o podrían estar buscando píldoras para guardarlas para uso futuro.

Los datos de WeCount podrían ayudar a explicar los datos de una encuesta separada del Instituto Guttmacher, que encontró que el número de personas que cruzan las líneas estatales para abortar disminuyó el año pasado.

Los esfuerzos contra el aborto se están centrando en las píldoras.

Tres estados han demandado para tratar de que los tribunales limiten las recetas de telesalud de mifepristona, uno de los dos medicamentos que generalmente se usan en combinación para los abortos con medicamentos. La administración del presidente Donald Trump le dijo el mes pasado a un juez que no cree que los estados tengan legitimación para presentar ese caso.

La Corte Suprema de Estados Unidos el año pasado dictaminó que los médicos y sus organizaciones contra el aborto tampoco tenían legitimación.

Mientras tanto, los funcionarios de Luisiana están utilizando leyes penales, y hay un esfuerzo en Texas para utilizar sanciones civiles contra un médico de Nueva York acusado de recetar píldoras abortivas a mujeres en sus estados. Los legisladores de Luisiana también enviaron al gobernador un proyecto de ley para restringir aún más el acceso a las píldoras.