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La principal líder política boricua en Filadelfia cierra su carrera electoral, pero abogará con fuerza por la comunidad latina

María Quiñones, quien es la Gran Mariscal del Desfile Puertorriqueño de Filadelfia, aspiraba a la alcaldía de una de las principales ciudades de Estados Unidos

24 de septiembre de 2023 - 12:00 PM

Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 6 meses.
Maria Quiñones, exconcejal de Filadelfia, cerró la puerta a sus aspiraciones a la alcaldía de la ciudad, pero seguirá trabajando en pro de la comunicad. (MIGUEL MARTINEZ)

Filadelfia, Pensilvania.– La exconcejal municipal María Quiñones, la principal voz boricua de la ciudad durante los pasados 15 años, cierra el capítulo de su carrera política electoral, aunque aún quiere tener un impacto en una agenda urgente para la comunidad latina de Filadelfia, en particular la puertorriqueña.

“En 10 años, el desarrollo de Filadelfia va a estar completo. Si la comunidad puertorriqueña-latina no planta bandera, no vamos a ser parte de la ciudad, aunque somos trabajadores necesarios. La industria hospitalaria, la de restaurantes, no existe sin latinos… Después de 10 años, o existimos o no existimos”, sentenció Quiñones, en entrevista con El Nuevo Día, al hablar de los retos de la diáspora boricua de Filadelfia.

Tras retirarse de la contienda de 2023 por la alcaldía de Filadelfia, Quiñones dijo que integrarse a la probable administración de la candidata demócrata a alcaldesa Cherelle Parker, como muchos habían rumoreado ocurriría, no es una opción.

Una vez suspendió en abril su campaña y logró el compromiso de todos los aspirantes a la alcaldía de Filadelfia con una agenda latina, Quiñones respaldó la candidatura de Parker, quien en una ciudad abrumadoramente demócrata debe ser electa en noviembre como la primera alcaldesa de Filadelfia.

El pasado día 11 de septiembre, Quiñones comenzó a trabajar en la oficina del presidente del Concejo Municipal de Filadelfia, Darrell Clarke, con el objetivo de completar proyectos que quedaron pendientes y cumplir para finales de noviembre, con el tiempo que le permite jubilarse del gobierno de la ciudad.

Hoy, domingo, Quiñones es la Gran Mariscal del Desfile Puertorriqueño de Filadelfia.

“Siempre me consideré una oficial electa en transición”, dijo Quiñones, en la entrevista en su nueva oficina del Concejo Municipal.

Entre otras funciones, Quiñones fue concejal municipal de Filadelfia (2008 a 2022), directora de Aspira, responsable de la antigua oficina de Filadelfia de la Administración de Asuntos Federales de Puerto Rico (PRFAA) y asesora de Asuntos Legislativos del primer concejal boricua de la ciudad, Ángel Ortiz. Como concejal, estuvo vinculada al debate en favor de la libre determinación de Puerto Rico.

En 2022, dejó el puesto en el Concejo Municipal para presentar su aspiración a la candidatura demócrata a la alcaldía de Filadelfia. Se retiró apenas a un mes de la primaria convencida de que no iba a tener el dinero requerido para alcanzar una victoria.

Piensa que necesitaba al menos $5 millones, en momentos en que se enfrentaba a un alto número de candidatos, algunos millonarios que se financiaban a sí mismos.

“Aunque logramos recaudar casi $1 millón, no podíamos competir. Tomé la decisión de que no iba a embarcar a mis amigos gastando dinero si no íbamos a tener lo suficiente para llegar a lo que necesitábamos para competir” dijo Quiñones.

Argumentó además que el sector más liberal no estuvo de su lado.

“Ese sector progresista dice ser nuestro aliado, pero cuando tienen que estar en la mesa, prefieren escoger un candidato que puedan controlar”, dijo. Mencionó la experiencia que han tenido otros latinos en grandes ciudades, como el excandidato a alcalde de Chicago y actual congresista demócrata Jesús “Chuy” García y la expresidenta del Concejo Municipal de Nueva York, la puertorriqueña Melissa Mark Viverito, así como el apoyo de algunos liberales a la estadidad para Puerto Rico por encima de un proceso de libre determinación.

Ahora, sea por medio de una fundación o una empresa privada, Quiñones aspira a mantener influencia sobre la agenda latina de la ciudad.

“Tenía una responsabilidad en abrir caminos para otros. Ahora considero que este liderazgo es un cambio de guardia, una generación diferente porque soy un poquito mayor que ellos… Tengo muchas opciones”, señaló la exconcejal.

Para Quiñones, ser parte de la administración de Parker, a quien conoce hace tres décadas, le haría perder la independencia que mantuvo durante su carrera política, incluso por encima de la maquinaria demócrata de la ciudad, a la que nunca se vinculó.

“Quería ser alcaldesa. Esta es la primera vez en 25 años que tengo un jefe”, al menos por unos meses, dijo, en referencia al presidente del Concejo Municipal, “y no quiero estar en una posición en la que no tenga libertad (…) para promover una agenda independiente”.

Ante los problemas críticos del barrio puertorriqueño que representó por más de 14 años, Quiñones considera que ha faltado el respaldo del ejecutivo. Ha criticado abiertamente al alcalde saliente, James Kenney, quien considera que “estuvo perdido en acción”.

En el barrio, los boricuas reclaman atención a los graves problemas de acumulación de basura, drogadicción, criminalidad y en el acceso a vivienda asequible.

Quiñones sostuvo que la agenda latina que propuso y que los demás candidatos adoptaron cuando se retiró, ha incluido financiar la revitalización de Kensington, donde ubica el barrio boricua, así como dar representación en el gobierno a los hispanos, prioridad a la diversidad lingüística, asegurar vivienda a precios asequibles y aprovechar los terrenos públicos para espacios verdes.

“No estoy satisfecha con dónde estamos políticamente en la ciudad”, dijo, aunque aludió que de su oficina salieron dos de los funcionarios electos de la zona, su sucesora en el Concejo Municipal, la también puertorriqueña Quetcy Lozada, y el representante estatal Danilo Burgos.

Con respecto al impacto en Kensington de la epidemia de los opioides, sobre todo el fentanilo (ahora mezclada con el tranquilizante para animales xilacina), abogó por una intervención directa de las autoridades para tratar a esas personas, incluso involuntariamente, pues muchos tienen problemas de salud mental y no pueden tomar sus propias decisiones.

La acumulación de basura es otro asunto apremiante, pero dice que es un problema que ha impactado a la ciudad históricamente.

“La ciudad de Filadelfia siempre ha tenido un problema con la basura. En la campaña hablé muchísimo de esto. Tenemos que recoger la basura dos veces a la semana”, dijo Quiñones, al indicar que la ciudad eliminó el programa “en que se podían remover (colchones) y muebles, y que lo que estamos viendo es el resultado de los recortes presupuestarios de la ciudad”.

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