El Senado aprobó este lunes, con enmiendas, una propuesta legislativa que establecería un mecanismo de admisión automática a la Universidad de Puerto Rico (UPR) para ciertos alumnos de escuelas superiores, públicas y privadas.

La medida del senador Thomas Rivera Schatz dispone que la universidad del Estado admitirá a todo estudiante que, “al finalizar su undécimo grado, se encuentre en el 10% del promedio más alto de su clase”. Asimismo, ordena a la UPR a adoptar políticas que permitan admitir a los alumnos si están “en el 25% de su clase”.

El Proyecto del Senado 5 recibió 23 votos a favor y uno en contra.

Previo a su aprobación, la mayoría legislativa acogió una enmienda propuesta por el senador independiente, Eliezer Molina, para incrementar de 10 a 20 el porcentaje de estudiantes con mejor promedio académico que podrían ser admitidos de forma adelantada.

“Esto lo hacemos para darle mayor amplitud a todos nuestros estudiantes y que puedan integrar los sistemas universitarios y nutrirlos ante la debacle que tenemos”, expuso Molina al presentar la enmienda.

Según datos del Instituto de Estadísticas recogidos en la medida, la UPR, en el primer semestre académico del año 2022-2023, tuvo 18,206 solicitudes, 10,311 admisiones y 7,751 matriculados. Esto representa una disminución de 13.6 puntos porcentuales de personas admitidas en el sistema entre 2014 y 2021.

La Comisión de Educación, Arte y Cultura del Senado consignó la posición a favor de la medida de la administración de la UPR, así como del Departamento de Educación y del Instituto de Estadísticas.

Otra enmienda que se le hizo al proyecto de ley es que, como parte de la definición de “estudiante elegible”, se incluyó a jóvenes que hayan cumplido con los requisitos académicos a través de métodos alternativos, como “homeschooling”, escuelas virtuales y Certificación GED (“General Education Development”).

Gran parte del debate legislativo durante la sesión de este lunes se concentró en el análisis del Proyecto del Senado 146, una medida que le impone al Departamento de Educación la responsabilidad de incluir en el currículo del Programa de Salud Escolar actividades y módulos sobre trastornos del desarrollo.

La senadora de Proyecto Dignidad, Joanne Rodríguez Veve, si bien reconoció que el proyecto es “bien intencionado”, expresó preocupación con que la Asamblea Legislativa continúe dictaminando cuáles son los currículos o los temas que deben abordarse en los salones de las escuelas públicas.

“Realmente, nuestras buenas intenciones no necesariamente atienden la realidad de las necesidades educativas del sistema de enseñanza público, y es mi opinión que este asunto se le debe delegar a quien tiene el peritaje para hacerlo y, definitivamente, no creo que seamos nosotros”, expuso la senadora.

Señaló que, el cuatrienio pasado, al menos, se discutieron 20 proyectos que imponían incluir en los currículos diversos temas.

La senadora del Partido Nuevo Progresista (PNP) Roxanna Soto Aguilú, por su parte, cuestionó la postura de Rodríguez Veve y alegó que la misma estaba sustentada por el supuesto temor a que, por medio de la legislación, se le abra la puerta a la “ideología de género” o la “perspectiva de género”.

“Es que, a veces, los discursos con tan trillados que ya uno se los conoce antes de que acabe el cuatrienio”, aseveró. “No a cada cosa que se legisle aquí, porque sea en concepto genérico, significa que va en contra del conservadurismo, del respeto o la intromisión a la pericia administrativa de una agencia”, apuntó.

Mientras, el senador Ángel Toledo planteó que, mientras trabajó en el Departamento de Educación como subsecretario de Asuntos Académicos, tuvo “que atender” unos reclamos de Rodríguez Veve sobre “lo que ella y sus compañeros entendían que no debe atenderse”.

“Si sopesamos las posturas, lo que estamos haciendo es abriendo la puerta para que nuestros niños y niñas se sensibilicen sobre lo que es la diversidad funcional”, apuntó Toledo.

El Proyecto del Senado 146 recibió 23 votos a favor y uno en contra.