:format(jpeg)/cloudfront-us-east-1.images.arcpublishing.com/gfrmedia/G3T7GOXYMRA23ASLGO2DB2A2OI.jpg)
Su gran ejército de médicos, familiares y amigos le construyeron una fuerte barrera de protección. Se apostaron a su lado casi por instinto de unidad. Lo resguardaron con las armas más simples, como un abrazo, un beso o la música de una guitarra. Lo custodiaron con un arsenal muy sofisticado, como los que se encuentran en la evolución de tratamientos médicos. Lo auxiliaron con un escudo de positivismo para equilibrar todo su ser.