Don Emilio Flores Márquez toma religiosamente su tasa de café en las tardes y, aunque ya casi no puede hablar, responde con ánimo a las caricias de sus hijos Tirsa y Emilio. Con un récord mundial como el hombre vivo más longevo en el mundo, certificado por la entidad Guinness World Records, a sus casi 113 años rompe su propia marca con cada amanecer.