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Con una mirada centrada en la víctima de trata humana, diferentes oficinas del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) de Estados Unidos desarrollan estrategias para atender y prevenir este problema que afecta, en su mayoría, a personas migrantes y de escasos recursos económicos en Puerto Rico.
“No, necesariamente, tienes que haber cruzado una frontera para ser víctima de trata humana. Puede ser que estés viviendo en Puerto Rico y seas víctima, en el sentido que te estén explotando en un trabajo u obligando a hacer una labor. A uno le parece que eso debe ser bien difícil encontrar, pero no, aquí hay (casos). Es un crimen de explotación horrible”, insistió la oficial Luz Delgado, gerente de programas del Negociado de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
En el 2022, 94 víctimas de alguna modalidad de trata humana, explotación sexual o pornografía infantil fueron recuperadas por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) en la región de Puerto Rico, San Thomas y Santa Cruz.
“Hemos visto querellas y las víctimas que se han rescatado fueron 94 durante el año pasado. Ha sido una jurisdicción que, para ser tan pequeña, ha tenido un número grande en lo que son las víctimas recuperadas, que eso también va a incluir a las víctimas de algún tipo de acto sexualizado (tipificado en la jurisdicción federal) o de pornografía infantil”, indicó el portavoz de ICE, Alek Pacheco.
La trata de personas implica el uso de la fuerza, fraude o coerción a cambio de trabajo, servicios o un acto sexual comercial, de acuerdo al DHS. Para controlar y explotar a las víctimas, los tratantes utilizan métodos como “la imposición de deudas, las oportunidades de empleo fraudulentas, las promesas falsas de amor o de una vida mejor, la coerción psicológica y la violencia o las amenazas de violencia”.
“Los métodos son diversos. Hay casos en que obligan a las víctimas a permanecer en un trabajo por haberles traído a Estados Unidos. Esas personas las ponen a trabajar en restaurantes o fábricas, pero nunca ven el dinero de su sueldo. Por miedo a violencia, a que la deporten, a que le hagan algo a sus familiares, pues la persona no se atreve a denunciar”, explicó Delgado.
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Del mismo modo, Jeffrey Quiñones, oficial de asuntos públicos de CBP, indicó que si la persona está obligada y no tiene la libertad de moverse de esa posición o de ese tipo de trabajo, pues hay elementos de trata humana.
“En ocasiones, puede pasar que simplemente le retengan los salarios, los documentos para forzarlos a que den ese tipo de servicio. No se trata estrictamente del servicio sexual. Puede ser cualquier tipo de trabajo en el que la persona no está en libertad de terminar esa relación”, explicó.
Diferenció la trata humana del contrabando de personas, que es lo que regularmente atiende CBP. El contrabando de personas se refiere a la transportación de manera ilegal de personas a un lugar que no está designado entrar.
Sin embargo, las personas que llegan en esas condiciones, como en los peligrosos viajes en yola por el Canal de la Mona, pueden estar más susceptibles a la trata humana.
“En algunos de estos casos, el capitán (de la yola) llega a Estados Unidos y decide que no va a terminar la relación con esa persona después que esta le pagó. Le dice: ‘Tú me pagaste $10,000, pero yo quiero $20,000. Ahora, vas a trabajar para mí’. Puede ser una mujer o un niño pequeño. Puede que le digan que van a tener relaciones sexuales con otra persona y el dinero se lo pagan al capitán…”, contó Delgado sobre casos comunes de personas migrantes que entrar de manera ilegal y terminan siendo víctimas de trata humana.
Sanciones a empresas caribeñas
Quiñones señaló que han visto muchos casos en los sectores agrícolas, de construcción y restaurantes.
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A nivel internacional, CBP puede sancionar entidades que efectúan trabajo forzado. Quiñones compartió que utilizan 13 indicadores de la Organización Internacional del Trabajo para las sanciones.
“La agencia estableció una orden de detención sobre la importación de productos de una compañía que nosotros sabemos que está envuelta en trabajo forzado. El caso más reciente fue con la compañía Central Romana Sugar (en la República Dominicana). Ahora mismo, no puede importar sus productos hasta que no puedan cambiar sus prácticas laborales”, contó.
Además, explicó que esta iniciativa sirve para dejarle saber al sector importador de suministros que “deben conocer quiénes son sus socios de negocios porque pueden haber muchos productos que puedan ser muy baratos, pero las personas que lo están manufacturando o recogiendo son víctimas (de trata humana)”.
Poco procesamiento en la isla
A pesar de que el Código Penal de Puerto Rico, en sus artículos 159 y 160, tipifica la trata humana como un delito, son pocos los casos que llegan a las autoridades.
En los últimos tres años, la Policía solo registró tres querellas en la isla: dos en el 2022 (Utuado y Bayamón) y uno en el 2020 (Ponce), de acuerdo a estadísticas suministradas por la Superintendencia Auxiliar en Investigaciones Criminales.
El doctor César Rey Hernández, sociólogo que lleva más de 17 años investigando sobre un tema que, al principio, parecía que no existía en Puerto Rico, insistió que el reto mayor está en la falta de protocolos en las agencias para reconocer a víctimas de trata humana, entre sus modalidades la explotación laboral y sexual hacia menores en los puntos de droga del país.
“Lo interesante es que no se valora, no se atiende y no se instituye política pública que conecte esas realidades. En otras palabras, el Departamento de Educación tiene una responsabilidad de crear un currículo que empiece a atender una educación sexual adecuada. Y, sin duda alguna, la perspectiva de género es algo que tiene que ser considerado como hemos descubierto nosotros. Educar para que no se eduquen en la calle, porque en los centros de drogas, por ejemplo, hay prostitución de menores”, indicó el exsecretario Educación.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) estima que una de cada cinco víctimas de trata humana en el mundo es una niña o niño.
El catedrático de la Universidad de Puerto Rico (UPR) explicó que, durante sus cientos de entrevistas a menores sobrevivientes, encontró casos de niñas de 14 años que eran prostituidas por sus padrastros.
“Nosotros nos hemos asomado a la punta del iceberg. Esto tiene que tener mucha complejidad. En cinco años, aquí (en Puerto Rico) se ha multiplicado en 500% la pornografía infantil”, dijo.
Por su parte, Pacheco indicó que uno de los retos grandes de las autoridades locales es la seguridad de tener ayudas para las víctimas con el fin de que puedan testificar sin tener el miedo de que se van a quedar en la calle sin recursos o algunas sin redes de apoyo porque se encuentran solas por su estatus migratorio.
“Cuando rescatas a una víctima de trata humana, se ve desprovista de un hogar, de esa remuneración económica si es que recibía… y, en otros casos, muy probablemente, ese dinero iba a su familia en su país de origen… pues se convierte en un reto para las autoridades el poder cambiarle el canal y proveerle todas las ayudas y las comodidades para que esa persona continúe con su vida sin ser víctima”, explicó.
Modelo centrado en la víctima
Ante estos retos, la entrevistadora forense de ICE, Saraí Irizarry, explicó que la agencia ha comenzado, desde hace tres años, a aplicar un modelo centrado en la víctima, en el que se aseguran de salvaguardar el bienestar físico y mental de la persona sobreviviente de trata para que pueda testificar en las mejores condiciones posibles.
“Anteriormente, los agentes hablaban con la posible víctima en el mismo lugar del allanamiento, y, muchas veces, hasta en presencia de los posibles tratantes. Con el paso del tiempo y los estudios, nosotros hemos ido reconociendo que uno de los retos mayores para trabajar con trata humana es que muchas de las víctimas no se reconocen como víctimas”, contó.
Indicó que comenzaron a cambiar el proceso para que la investigación no cayera en el ángulo del sospechoso, sino que fuera centrada en la víctima y en el trauma. Asimismo, ICE introdujo hace poco a las entrevistadoras forenses y crearon la Oficina de Ayuda a Víctimas.
“Las víctimas de trata sexual o laboral trabajan muchas horas. Si lleva trabajando 15 horas, por ejemplo, pues no, necesariamente, es el mejor momento para hacer una entrevista forense. Las víctimas necesitan descansar, asearse, comer, cuidado médico, y esas cosas antes no se hacían”, mencionó.
En caso de ser una víctima con su estatus migratorio no regularizado, puede solicitar asilo o la Visa T, un beneficio temporal de inmigración que permite que algunas víctimas de trata humana permanezcan en Estados Unidos hasta un máximo de cuatro años si han ayudado a las agencias del orden público.
Durante el mes de enero, el DHS tiene la campaña azul para educar y prevenir sobre este crimen atroz, que afecta a sobre 50 millones de personas en el mundo.
“Nosotros hacemos un llamado bien agresivo a la ciudadanía. Es increíble porque este delito es invisible y no es tan común, pero ocurre”, apuntó.