Nota de archivo: este contenido fue publicado hace más de 30 días.

Una persona que empezó a consumir bebidas embriagantes en grandes cantidades antes de cumplir los 21 años, sin duda y sin saberlo, se condenó a sí misma a una adultez de alcoholismo. Y no porque sea incapaz de modificar su conducta, sino porque su cerebro ya aprendió a necesitar el alcohol y, esa dependencia, no es reversible.

💬Ver comentarios