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Trabajadores de la brigada de reparaciones eléctricas retiran viejos cables de un poste en San Germán. (AP)
Trabajadores de la brigada de reparaciones eléctricas retiran viejos cables de un poste en San Germán. (AP)

Después de meses de noches sin luz y de un calor abrasador de día, Noe Pagán estaba dichoso cuando finalmente llegaron en febrero los trabajadores del servicio eléctrico para restablecer la luz en las montañas del occidente de Puerto Rico, donde vive. Pero para su consternación, en lugar de levantar el poste que derribó el huracán María, los contratistas federales instalaron un cable conductor de 220 voltios en el angosto tronco de un árbol de pana, una violación al código de seguridad que prácticamente garantiza que Pagán y sus vecinos se quedarán sin luz cuando vuelva a pasar un huracán. 

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