

28 de octubre de 2025 - 9:26 AM

París - Aurélien Poirson-Atlan, de 41 años y considerado el principal “influencer” en el ciberacoso a Brigitte Macron, se presentó como víctima de censura y juzgó que personajes públicos, como la mujer del presidente de Francia, “han de aceptar la crítica”, aunque esta ponga en cuestión su sexo biológico.
En la segunda y última sesión del juicio que se celebra en el Tribunal Correccional de París por este caso, los jueces finalizaron los interrogatorios a los siete de los diez acusados presentes en las vistas, en las que se ausentó de nuevo la demandante Macron, representada por dos abogados.
Se espera que esta tarde comparezca Tiphaine Auzière, hija de Brigitte Macron, para relatar el estrés que su madre sufrió por la propagación de los bulos.
Entre los tres últimos inculpados en declarar, destacó Poirson-Atlan, quien, con su cuenta en ‘X’ bajo el pseudónimo ‘Zoé Sagan’ seguida por más de 200.000 seguidores (hoy suspendida), tuvo un notorio papel en la difusión de los infundios de que Brigitte había nacido hombre.
“Yo me limité a destacar asuntos marginados por la gran prensa”, se defendió el acusado, que se presenta como escritor y “satirista” al estilo de la revista ‘Charlie Hebdó’ (cuya redacción fue objeto de un atentado yihadista en 2015 por unas caricaturas de Mahoma).
En su alegato, el hombre, residente en el sur de Francia (en Arlés), padre de un niño de 9 años y con un salario mensual de unos 2,500 euros, se presentó como una víctima de la censura y criticó la legislación francesa en vigor, que “es grave para la libertad de prensa y de expresión”.
“Hay que asumir la crítica a alguien que es esposa del jefe del Estado”, insistió Poirson-Atlan, quien denunció haber sido puesto bajo custodia judicial y sentarse en un banquillo de acusados por “una simple frase, con sujeto, verbo y complemento”.
Entre los tuits que forman parte de la acusación contra el ‘influencer’ destaca el de “Brigitte Macron no es Brigitte Macron”, así como alusiones a un “crimen sexual” supuestamente cometido por ella, aludiendo a que se conocieron cuando Macron era alumno de secundaria y Brigitte su profesora de teatro, con una diferencia de edad de 24 años.
Poirson-Atlan, quien, como el resto de acusados, podría ser condenado a una pena de hasta dos años de cárcel, matizó muchas de las declaraciones que había firmado bajo custodia policial, alegando que las firmó por la presión que dice que sufrió.
En unas manifestaciones algo confusas, también se defendió de los mensajes publicados en la cuenta ‘Zoé Sagan’, asegurando que no era él quien los hacía, sino “una Inteligencia Artificial”.
“Me parece que sirvo como el tonto útil, reemplazando a Xavier Poussard y Candace Owens”, declaró, en alusión a los dos personajes claves en la difusión internacional del bulo.
Aunque no forma parte de esta causa judicial francesa, Poussard (38 años), quien vive actualmente en Milán (Italia), profundizó en el infundio con la publicación de un texto en la revista de extrema derecha antisemita conocida como ‘Faits et documents’ y fue una pieza clave de la difusión internacional del bulo.
Poussard entró después en contacto en marzo de 2024 con Candace Owens, una ‘influencer’ afroamericana próxima a Donald Trump que propagó los rumores surgidos en Francia a sus varios millones de seguidores.
De hecho, los Macron han lanzado en Estados Unidos un proceso paralelo contra Owens, a la que han denunciado por “difamación”.
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