9 de mayo de 2025 - 3:49 PM
Cuando en 2021 el diácono Emanuel Rodríguez Güivas se enteró que sería enviado a estudiar a Roma, emprendió un viaje de una hora alrededor de la isla para comprar una bandera puertorriqueña: deseaba llevarse la monoestrellada consigo para que le acompañara mientras recorría las calles de la Ciudad Eterna.
Antes de partir, llevó la bandera ante su obispo, el monseñor Luis Francisco Miranda, quien le impartió la bendición. Para Rodríguez Güivas, la bandera se convirtió en un símbolo representantivo durante su tiempo en Roma.
Sin embargo, jamás imaginó que aquel gesto casi rutinario de llevar consigo la monoestrellada se convertiría en una sensación en la plaza de San Pedro, en el Vaticano, donde la bandera ondeó con fuerza entre la multitud que celebró la elección del papa León XIV.
“Fui a la plaza el primer día del cónclave. Imaginábamos que no iba a haber fumata, que iba a ser negra, porque también era muy pronto, (...) al otro día, fuimos de los primeros en entrar en el espacio y yo decidí sacar mi bandera. Yo veía tantas banderas y decía: ‘no me voy a quedar fuera’. Desde el momento en que la saqué, comenzó a crear sensación”, expresó en entrevista con El Nuevo Día el diácono transitorio de la Diócesis de Fajardo-Humacao.
Italianos y personas de distintas partes de mundo no tardaron en acercarse y preguntar de dónde era la bandera, cuyos colores llamativos comenzaron a captar la atención.
“Me preguntaban si era de Texas como tenía una estrella o de Cuba por los colores (...) la mantuve en alto casi todo el tiempo y a la gente le gustaba tanto que se paraban a tomarle fotos (...) Pero yo me enteré de la sensación que estaba causando por el reel que ustedes publicaron”, indicó Rodríguez Güivas, oriundo de Carolina, en referencia al video publicado en El Nuevo Día que mostró el instante en que la bandera resaltó entre la multitud.
El diácono recibió el video en medio del bullicio luego de que una feligrés le envió el enlace. Los mensajes y las llamadas no tardaron en inundar su celular, que contaba con poca señal.
“Yo decía: ‘Pero ¿qué está pasando? (...) Ahí yo empiezo a caer en cuenta de lo que se había provocado. Yo la levantaba porque me siento orgulloso de ser puertorriqueño, pero jamás pensé que iba a ser el impacto tan positivo y que los puertorriqueños se sintieran tan cerca en estas elecciones del nuevo pontífice“, expresó.
Para Rodríguez Güivas, más allá de ser un momento histórico, estar en la plaza de San Pedro durante la elección del papa León XIV fue una experiencia profundamente emotiva.
“Cuando empieza a salir la fumata blanca, que la gente comienza a gritar y de momento comienzan a sonar las campanas de la plaza de San Pedro, a mí se me empezó a hacer un taco en la garganta. Era el primer cónclave que yo podía vivir en persona. Me recuerdo del cónclave del papa Francisco, pero estaba en escuela superior y no estaba tan adentrado a la Iglesia”, relató al mencionar que los seminaristas Carlos Xavier Pérez Santos y José Enrique Meléndez, quienes lo acompañaron a Roma, compartieron esos sentimientos.
“Cuando de momento sale el cardenal a dar el ‘Habemus papam’, ahí se comienza a intensificar y, cuando sale el papa, comencé a llorar”, narró.
Sin embargo, su asistencia al cónclave no se trató de un evento planificado. Rodríguez Güivas llegó a la Diócesis en 2017, y comenzó su proceso formativo en 2020.
Luego, estuvo en Roma desde el 2021 hasta el 2023, cuando terminó de estudiar y regresó a Puerto Rico. No obstante, viajó a Roma en mayo para asistir a la ordenación de algunos de los compañeros con los que estudió.
“Coincidió con el cónclave y, pues, cuando hice mis maletas, lo primero que dije fue que la monoestrellada no se queda”, reiteró el diácono de la parroquia Nuestra Señora del Carmen en Punta Santiago.
Al reflexionar sobre la importancia que guarda la bandera para él, recordó cómo le acompañó cuando el fenecido papa Francisco lo visitó en una casa donde vivía en Roma. El feligrés también alzó la bandera en múltiple instancias en la plaza de San Pedro cuando Francisco viajaba en su vehículo oficial.
Para Rodríguez Güivas, la elección del papa León XIV representa un signo de unidad en la diversidad de la Iglesia, pues aunque el pontífice nació en Estados Unidos, ostenta nacionalidad peruana y ascendencia española, italiana y francesa.
“Cuando yo voy por la calle y hablo con los italianos, están contentos. No es solo a la continuidad del papado de Francisco, sino es la continuidad del papado de la Iglesia”, sostuvo.
Entre las calles de Roma, el diácono también se llevó una agradable sorpresa cuando coincidió con el cardenal de Venezuela, Baltazar Porras Cardozo, quien fue delegado de Francisco para el CAM6 que se celebró en Puerto Rico. Rodríguez Güivas, además, se encontró con el arzopisbo de la arquidiócesis de San Juan, el monseñor Roberto González Nieves.
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