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Recortes a USAID podrían causar 14 millones de muertes prevenibles, según un estudio de España

Entre ese número se incluyen 4.5 millones de menores de edad

1 de julio de 2025 - 10:28 PM

El estudio concluye que los programas apoyados por USAID se asociaron con una reducción del 15% en la mortalidad general y una reducción del 32% en la mortalidad infantil (menores de cinco años). (Fernando Vergara)

Un estudio coordinado por investigadores del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) advierte que si continúan los recortes en la financiación de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) esto podría provocar más de 14 millones de muertes “prevenibles” hasta 2030.

Este estudio coordinado por ISGlobal, centro de investigación perteneciente a la Fundación “La Caixa”, ha sido publicado en la revista The Lancet y lanza una seria advertencia sobre las consecuencias de los recientes recortes en la ayuda exterior de Estados Unidos.

Además de los investigadores del ISGlobal, han participado en el estudio el Instituto de Salud Colectiva de la Universidad Federal de Bahía (ISC-UFBA) -de Brasil-, la Universidad de California Los Ángeles (UCLA) -de EEUU- y el Centro de Investigación en Salud de Manhiça (CISM) -de Mozambique-, entre otros.

Los autores del estudio aseguran que hasta ahora la financiación con la que contaba la USAID contribuyó a salvar 91 millones de vidas en los últimos veinte años, pero advierten que los recortes anunciados por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podrían poner en riesgo las ayudas internacionales.

Las vidas salvadas por la USAID durante los últimos veinte años, como la mayor agencia mundial de financiación de ayuda humanitaria y desarrollo, corresponden a “países de ingresos bajos y medios”.

Según los autores del estudio, los recortes anunciados en los programas de cooperación internacional podrían revertir las ayudas y provocar “más de 14 millones de muertes adicionales de aquí a 2030, incluyendo más de 4.5 millones de menores de cinco años”, lo que equivale a unos 700,000 fallecimientos infantiles adicionales por año.

Davide Rasella, investigador ICREA en ISGlobal y coordinador del estudio, indica que “la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo (FFD4) que tiene lugar esta semana en Sevilla es una oportunidad para alinear la financiación global con las necesidades reales sobre el terreno”.

Rasella: es el momento de ampliar, no de recortar

“Si queremos cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), no podemos permitirnos desmantelar mecanismos de financiación como USAID, que han demostrado salvar millones de vidas. Es el momento de ampliar, no de recortar”, subraya Rasella.

Los investigadores analizaron datos de 133 países y combinaron dos enfoques: una evaluación retrospectiva del periodo 2001–2021 y modelos de proyección hasta 2030.

Utilizaron modelos estadísticos y de microsimulación que tuvieron en cuenta factores como población, ingresos, educación y sistemas de salud para estimar el impacto de la financiación de USAID en la mortalidad “prevenible”, incluyendo diferencias por grupo de edad y causa de muerte.

El estudio concluye que los programas apoyados por USAID se asociaron con una reducción del 15% en la mortalidad general y una reducción del 32% en la mortalidad infantil (menores de cinco años).

Se estima que se evitaron más de 91 millones de muertes durante este periodo, de las cuales aproximadamente 30 millones fueron de niños.

En los países que recibieron mayor financiación, el impacto fue más notable en enfermedades prioritarias: la mortalidad por VIH/Sida disminuyó un 74%, por malaria un 53% y por enfermedades tropicales desatendidas un 51%.

También se observaron reducciones significativas en muertes causadas por tuberculosis, desnutrición, enfermedades diarreicas, infecciones respiratorias, y causas maternas y perinatales.

Millones de vidas están ahora en riesgo

Para estimar las consecuencias futuras de los recortes, los investigadores simularon dos escenarios: mantener los niveles de financiación de 2023 o implementar los recortes drásticos anunciados a principios de 2025, que suponen una reducción del 83% en los programas de USAID.

Este porcentaje refleja el impacto previsto no solo en salud, sino también en sectores clave como nutrición, educación, agua y saneamiento, y ayuda humanitaria.

Rasella alerta sobre el riesgo de frenar bruscamente, incluso revertir dos décadas de progreso en salud en poblaciones vulnerables, y advierte que el impacto “sería comparable al de una pandemia global o un gran conflicto armado”.

Un efecto dominó global

El estudio advierte que el impacto de los recortes podría ir más allá de los propios programas de USAID, porque con Estados Unidos aportando hasta ahora más del 40% de la financiación humanitaria global otros donantes internacionales podrían verse incentivados a reducir también sus compromisos.

Esto debilitaría aún más la prestación de servicios en países que ya dependen del apoyo externo.

Más allá del apoyo directo a la atención sanitaria, los autores destacan la importancia de los programas financiados por USAID para mejorar la educación, la seguridad alimentaria, el acceso al agua potable y la resiliencia económica, elementos clave que configuran los determinantes sociales de la salud.

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