Si bien la diáspora es una fuerza indispensable, no debemos olvidar que existe una isla, un espacio físico concreto, una tierra que nos pertenece expone la escritora Ana Teresa Toro
Si bien la diáspora es una fuerza indispensable, no debemos olvidar que existe una isla, un espacio físico concreto, una tierra que nos pertenece expone la escritora Ana Teresa Toro
Al pensar en el 2018 que pronto termina, las primeras palabras que llegan a la mente son: éxodo, mentira, desengaño, abandono, pero quizás más que todas esas, soledad. Una profunda soledad se vive en Puerto Rico hace años, pero todos podemos verla, vivirla y sentirla desde el paso del huracán María. Lejos estamos de América Latina, porque para allá no miramos, a veces por una ridícula soberbia que se basa en creer a estas alturas la mentira de que pertenecemos a un primer mundo y otras por un anhelo de pertenencia que no se cumple, pues sabemos que nos faltan unos cuantos pasos concretos que no se subsanan únicamente con la hermandad cultural.
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