Cada cierto tiempo nos llega algún recordatorio, rotundo, potente, imposible de ignorar, de los enormes riesgos existenciales que representa el cambio climático para el archipiélago de Puerto Rico.
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Puede ser un huracán, una inundación catastrófica y repentina, la desaparición de la arena en una playa, un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y, hace unos días, un estudio de expertos locales sobre el descomunal costo que tendría el cruzarse de brazos ante esta gravísima amenaza.
El Comité de Expertos y Asesores sobre Cambio Climático (Ceacc), una organización no gubernamental compuesta por los más eminentes conocedores de este tema en Puerto Rico, divulgó un estudio que dice que nuestra economía sufrirá un terrible impacto de $379,000 millones para el 2050, si no se hace nada, y hasta ahora no se ha hecho casi nada, para hacer frente a las innumerables consecuencias que tiene en un país tropical como el nuestro el aumento de la temperatura del planeta.
El estudio, que fue realizado a un costo de #$250,000 por la firma Estudios Técnicos, detalla costos descomunales en todos los sectores más importantes de la economía, menos la construcción, que seguirá boyante porque habrá que reconstruir todo lo que el aumento del nivel del mar y los fenómenos atmosféricos más fuertes y más frecuentes destruyan. El panorama es, francamente, de espanto.
No debería ser necesario enfatizar en lo vital, en lo indispensable, en lo impostergable que es que nuestras autoridades atiendan este tema con la tremenda urgencia que amerita. Pero, lamentablemente, hemos visto el tiempo pasar sin que los los que gobiernan, ni la mayoría de los que aspiran a hacerlo a partir del año entrante, demuestren que entienden todo lo que está en juego en este tema.
Para no ir más lejos, apenas en la última sesión del cuatrienio, la Asamblea Legislativa no actuó ante un informe del Ceacc, que recomendaba cientos de medidas para hacerle frente a esta amenaza, a una fracción del costo que tendría no hacer nada. Creemos que un primer paso para finalmente empezar a demostrar voluntad ante este serio problema sería que el gobernador Pedro Pierluisi convoque a una sesión extraordinaria de la Legislatura para discutir, aprobar y ponerle garras a ese informe.
Igualmente, urgimos, a los cuatro candidatos a la gobernación, a comprometerse con este informe, a asesorarse sobre el problema y las respuestas a este y a comprometerse con los pasos necesarios para finalmente empezar a hacerle frente. Hasta este momento, Juan Dalmau, candidato del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP) en alianza con el Movimiento Victoria Ciudadana, es el único que ha hablado con cierto detalle sobre esta situación.
El cambio climático es una inquietante realidad que no va a desaparecer por que la ignoremos. En el afán de lo pequeño, lo inmediato y lo simple, demasiados de nuestros líderes no le han prestado la atención que merece. Los países pequeños y tropicales como Puerto Rico no somos responsables de los contaminantes que emiten los grandes países industriales. Pero, paradójicamente, seremos las principales víctimas de este fenómeno, en la forma de huracanes, aumento en el nivel del mar, erosión en las costas, sequías y olas de calor, entre otros eventos extremos.
El problema continúa agravándose a pasos agigantados, pero tenemos tiempo aún de preparar nuestra infraestructura, nuestras viviendas, nuestras comunidades, ciudades, nuestro modo de vida, para hacerle frente a este riesgo existencial. Hoy no es tarde, pero muy pronto lo será.
No podemos seguir esperando. El tiempo de actuar es ya.