Las generaciones presentes hoy en Puerto Rico, en particular los moradores de la región suroeste, conocieron hace dos años el potencial devastador que tiene un terremoto. La destrucción y el trauma de aquellos primeros días de 2020 permanecen latentes para la población, ante la demora en los trabajos necesarios para la recuperación física y emocional.
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A agilizar la reconstrucción en zonas dañadas por sismos
Nota de archivo
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