Podemos señalar a San Juan y Loíza entre las múltiples zonas de Puerto Rico que sufren la documentada fragilidad infraestructural y sistémica que agudiza las inundaciones. Pero el hecho es que casi una cuarte parte de la población de la isla es víctima clara o potencial de la calamitosa normalización de los crecientes y peligrosos aluviones cuyas soluciones reales desde hace décadas se le escapan a la apropiada acción gubernamental.
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A encaminar soluciones contra las inundaciones
Nota de archivo
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