Cuando las familias puertorriqueñas se reúnan hoy, Día de las Madres, a celebrar a la persona que, por lo general, es el centro y balance de los hogares, habrá personas para las cuales esta fecha no trae más que penas: aquellos que perdieron a sus progenitoras a manos de la cruenta ola de violencia de género que hace demasiado tiempo ahoga a Puerto Rico.
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A trabajar por la felicidad de nuestras madres
Nota de archivo
Esta historia fue publicada hace más de 1 mes.