Las interrupciones del servicio de agua que desde el 13 de junio sufren 8,000 abonados en Río Grande y otros pueblos, y el racionamiento contemplado para 180,000 clientes de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados en la zona metropolitana, obligan en lo inmediato al uso prudente del recurso cuyos abastos han mermado en Puerto Rico por las recurrentes deficiencias del sistema, el consumo elevado, la escasez de lluvia y las altas temperaturas.
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Acción urgente para mejorar los abastos de agua potable
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