Las protestas masivas en Cuba, que han dejado un saldo indeterminado de personas heridas y encarceladas, tienen en el silencio informativo impuesto por el régimen uno de sus aspectos más represivos e inhumanos, aislando a los cubanos entre sí y con el exterior, y tendiendo un tupido velo sobre la verdadera situación del país.
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Cuba debe abrir el diálogo, empezando con su gente
Nota de archivo
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