La sociología del trabajo introdujo el término “deskilling” para describir el proceso por el cual al trabajador se le despoja paulatinamente de sus habilidades, o de la necesidad de tenerlas, para facilitar su explotación y erosionar su base remunerativa. El término ha sido ampliado, matizado o refutado para abordar la presencia de nuevos escenarios de trabajo y tecnologías de computación que obligan a trascender las pautas de “industria dura” de donde salió la teoría del “deskilling”, o desprofesionalización, según se traduce en español.