El vergonzoso y estéril forcejeo de poder entre los líderes populares legislativos, conducta que obstruye la atención que merecen los serios desafíos de Puerto Rico, ha sido una especie de comedia de mal gusto en la que la legislatura podría terminar abdicando a su responsabilidad con el pueblo e incumpliendo su compromiso ante el tribunal de la Ley Promesa de aprobar un presupuesto balanceado para el próximo año fiscal.
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Caos y negligencia legislativa lesionan la gestión pública
Nota de archivo
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