Decididamente, es momento de que las autoridades correspondientes detengan y sancionen con contundencia el comportamiento altamente temerario y contrario a la ley del alcalde de Maricao, Gilberto Pérez Valentín, antes de que la ruina económica y moral del pueblo que dirige sea el nefasto legado que quede cuando haya abandonado el ayuntamiento.
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Nepotismo temerario en el pueblo de Maricao
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