La escena se ha repetido en montañas y costas de numerosos pueblos de Puerto Rico: carreteras colapsadas, calles de urbanizaciones con socavones y vías arrastradas por deslizamientos de tierra que mantienen a familias incomunicadas. La infraestructura vial, ya comprometida tras el paso del huracán María en 2017, ha quedado mucho más dañada, con la consecuente repercusión en el quehacer cotidiano.
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Optimizar la infraestructura vial de Puerto Rico es vital
Nota de archivo
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