Puerto Rico se enfrenta, a partir del martes, a su gran prueba de civismo desde que acogió con disciplina la declaración de emergencia por la pandemia del COVID-19 hace tres meses. Con la responsabilidad con que superamos huracanes, terremotos y semanas de distanciamiento social, ha llegado el momento de emprender labores detenidas, y de alcanzar un mayor nivel de sosiego mientras evitamos contagios.
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Rigor y cautela en esta crucial etapa de apertura
Nota de archivo
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