El asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, suma más inestabilidad e incertidumbre en un país golpeado por la desconfianza institucional, la corrupción y violencia rampantes, serias amenazas salubristas y la extrema pobreza. Este cuadro desolador dificulta la gobernanza y la recuperación económica, social y ambiental de la nación caribeña.
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Solidaridad y compromiso internacional con Haití
Nota de archivo
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