Amigo mío, la palabra preferir, de la latina praeferre, significa llevar delante, nos dice Corominas, lo cual cuadra perfectamente con este asunto de ataúdes y féretros, que siempre van primeros y… nunca regresan. También están emparentadas a ella presentar, ofrecer, mostrar. Entre sus derivados encontramos, además, preferente, preferencia y preferible, de la voz latina ferre. De ferre también deriva feraz, del latín ferax con el sentido de producir frutos. Mire bien el camino, llevar, producir… Oka. Antes de seguir, aclaremos que féretro, en tiempos de los romanos, no era una caja; era algo así como una camilla para cargar a los fenecidos. El verbo latino ferre (llevar) y el sufijo –trum (-tro), que nos remite a instrumento, es el armazón morfológico de féretro. En fin, que sorprendentemente preferido y féretro son primitas, derivadas de la misma raíz (quién lo hubiera dicho). Y, como si fuera poco, féretro, de feretrum también es familia de palabras como fértil y todos sus hijos (o derivados) lo cual nos devuelve a producir frutos... Ya usted ve, que hasta los fenecidos (fallecidos o muertos) son fértiles. La parentela de féretro se extiende, de acuerdo con Corominas, a palabras tan inesperadas como ablación, de auferre; aferente de afferre; circunferir, circunferencia; conferir, diferir, inferir, interferir, sufrir..., conferencia y conferenciante, claro está, siempre y cuando no haya fenecido. ¿Fenecido? ¿Fenece la gente? ¿No será fallece? Hummm...Profabocadillos@gmail.com
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