

El contenido de calor en el océano Atlántico, con temperaturas que se proyectan por encima de los rangos normales, representará un reto para las regiones vulnerables al paso de fenómenos atmosféricos en la actual temporada de huracanes. Para esta, se perfila una mayor actividad en comparación con otros periodos.
De acuerdo con el modelo climático presentado por el doctor Philip Klotzbach, de la Universidad de Colorado, en Estados Unidos, se vislumbra el desarrollo de 17 tormentas tropicales, de las cuales 9 se pueden convertir en huracán y 4 en huracanes intensos.
Por su parte, el Centro Nacional de Huracanes establece la formación de entre 13 y 19 tormentas tropicales, de 6 a 10 huracanes y entre 3 y 5 sistemas de mayor intensidad, es decir, de categoría 3 o más.
Por ello, para la meteoróloga Ada Monzón, la preparación es esencial para enfrentar cualquier situación atmosférica que se presente.
“No sabemos cuál de estos fenómenos va a hacer su trayectoria y cuál va a acercarse a Puerto Rico o si tendremos daños directos o indirectos, pero lo importante es que ambos pronósticos establecen que la temporada será por encima de lo normal”, sentenció.
La renombrada meteoróloga explicó que el pronóstico de la temporada de huracanes se establece a base de varios indicadores, entre los cuales están las temperaturas del océano Atlántico y “las temperaturas de la región donde está ocurriendo la oscilación de El Niño en el océano Pacífico oriental”.
Igualmente, estas proyecciones también se amparan “en las corrientes de viento en las altas capas de la atmósfera y la humedad atmosférica. Todo eso determina cuán activa o inactiva va a ser una temporada”.
Detalló que “este año se esperan condiciones neutrales, o sea que no hay ni El Niño ni La Niña en lo que es la oscilación del fenómeno de El Niño. No hay control directo del océano Pacífico sobre el Atlántico. Las corrientes de vientos van a ser, en general, débiles y eso puede favorecer que tengamos más ciclones de lo usual”, detalló.
Asimismo, mencionó que las temperaturas del océano Atlántico también se proyectan por encima de lo normal. “No tan calientes como en el 2024, pero están sobre lo normal”.
Monzón señaló que el 90 % del calor en la atmósfera es el causante del calentamiento de las aguas, lo cual ocasiona que “tengamos áreas con mayor energía para potenciar los ciclones tropicales”.
“El origen es el calentamiento global que está ocurriendo porque tienes todos estos gases de invernadero que están en exceso, que siguen incrementando y son los que atrapan el calor. El océano está calentándose; el que ocurra un calentamiento de las aguas implica, a su vez, que la temporada será más activa de lo normal”, adelantó.
Según la meteoróloga, una de las preocupaciones mayores, “en términos de la respuesta y del manejo de emergencias para cualquiera de las islas o cualquier región que está vulnerable al paso de estos fenómenos atmosféricos, es el proceso de intensificación rápida por el calentamiento de las aguas”.
Sobre esto, resaltó que, en esta última década, se ha duplicado la cantidad de ciclones de categorías 4 y 5 que, en su mayoría, fueron tormentas tropicales apenas unas 24 a 48 horas antes. “Ese es uno de los retos más grandes que enfrentamos a consecuencia del calentamiento global, que ha incrementado la posibilidad de tener eventos de intensificación rápida a través de la temporada”.
Otro de los desafíos es la erosión costera que, en Puerto Rico, se encuentra de moderada a severa.
“Como el calentamiento global está haciendo [que] los fenómenos [sean] más intensos, la energía de las olas y de la capacidad de erosión han aumentado porque ahora se suma el aumento del nivel del mar que, a través de las décadas, también ha aumentado. Por ejemplo, entre 2015 y 2024, el aumento del nivel del mar se ha acelerado de 2.1 milímetros por año a 4.7 milímetros por año”, sostuvo.
Asimismo, el contenido de calor del océano también está en magnitud considerable, especialmente a través de la región del Atlántico “y penetrando cada vez a profundidades mayores”.
“Esto quiere decir que hay mucha energía en el océano y hasta aun cuando pasen huracanes que generalmente sacan energía y la reúsan, todavía queda más energía guardada para otros fenómenos porque el agua está tan caliente”, alertó.
De otra parte, subrayó que la lentitud en el movimiento de traslación de estos ciclones provoca mayor intensidad en las lluvias.
“Entonces, la cantidad de lluvia que produce un huracán depende de ese movimiento de traslación, pero también de toda la humedad que hay disponible en la atmósfera. Cuando tienes esa combinación, entonces se producen huracanes que no solamente son extremos por el viento, sino que también son extremos por la cantidad de lluvia que están produciendo”, acotó.
En tanto, instó a tener alternativas en la preparación para la presente temporada de huracanes. “Si esperamos al último momento para resolver, entonces, no vamos a estar listos ni preparados y vamos a tener situaciones que vamos a lamentar”.
“La situación eléctrica en Puerto Rico es un verdadero problema y, aun cuando sé que hay las mejores intenciones para resolver, la realidad es que cada casa y familia tienen una situación particular para enfrentarla”, manifestó.
“Si pudiera recomendar algo, es que resuelvan la situación de energía en el hogar con un sistema de energía alterno, ya sea de energía renovable, un generador de electricidad, especialmente para los adultos mayores, niños y personas con enfermedades crónicas”, aseveró.
Igualmente, aconsejó realizar un censo en cada comunidad para saber cuántas familias carecen de un sistema eléctrico alterno que pueda atender sus necesidades. “Que se establezcan centros comunitarios para atender la situación energética a donde las personas puedan acudir para solucionar sus respectivas necesidades”, acotó finalmente.
La autora es periodista colaboradora de Suplementos.
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