

A medida que se va perdiendo el cartílago articular, las superficies de los huesos comienzan a rozarse entre sí, lo que afecta la movilidad, produciendo dolor y limitación en las actividades cotidianas, explicó Eneida Silva Collazo, catedrática y directora del departamento de Terapia Física de la Universidad de Puerto Rico, en Humacao.
Ante esta realidad, son muchos los equipos que ayudan a las personas a caminar o desplazarse de un lugar a otro, maximizando las capacidades del cuerpo. Además, estos productos y tecnologías nuevas evitan caídas y aumentan la independencia de los pacientes.
La artritis es la inflamación o degeneración de una o más articulaciones, zona donde dos huesos se encuentran, según el portal de MedlinePlus. Por otra parte, la osteoartritis o artritis degenerativa (DJD, en inglés) es una condición que se produce por la pérdida del cartílago articular.
“La artritis afecta mayormente las articulaciones que soportan peso, mayormente en las caderas, las rodillas y la columna vertebral, aunque se manifiesta también en otras articulaciones del cuerpo humano, como en las manos, las muñecas y los hombros. Se le llama degenerativa porque, a medida que envejecemos, se va manifestando esa pérdida de lubricación en la persona”, detalló la terapista física.
Además, la catedrática compartió que cuando el dolor y la limitación en la movilidad son muy marcados, se recomienda que se realice una cirugía conocida como reemplazo de cadera o de rodilla. En esta cirugía, el ortopeda procede a remover las porciones distales de la articulación y coloca una prótesis articular.
Silva Collazo detalló que el plan de cuidado de terapia física incluye la aplicación de agentes biofísicos, estimulación eléctrica y otros para ayudar a disminuir el dolor. Además, como parte central, se trabaja un programa de ejercicios dirigidos a ese paciente, que incluye ejercicios para aumentar y mantener la movilidad articular y la fuerza muscular, y mejorar el balance y el equilibrio.
“El profesional de terapia física es el profesional de la salud que ha recibido una educación formal, que tiene las competencias, no solo para entrenar al paciente en el uso de este tipo de equipo asistivo, sino en el diseño e implementación de un plan de cuidado comprensivo dirigido a que este paciente logre los resultados esperados en su funcionalidad y calidad de vida, de una manera sistemática”, sostuvo la profesora Silva Collazo.
Los pacientes pueden utilizar equipo asistivo como bastones, andadores, rodilleras, chalecos y cinturones, entre otros, para recuperarse de una lesión o cirugía, combatir la artritis o mejorar problemas con su equilibrio.
Deben ser utilizados en el lado opuesto de la cadera o rodilla lastimada. Liberan el peso de la articulación dañada y le permiten al paciente caminar más fácil.
Ayudan a realinear la rodilla, permitiendo que no se produzca demasiada presión sobre las áreas lastimadas.
Permiten que el cuidador pueda trasladar a un paciente con mayor facilidad.
Proporcionan la máxima estabilidad y se pueden ajustar a la medida del paciente. Algunos permiten que la persona pueda sentarse o colocar sus pertenencias.
Existen desde sillas de ruedas manuales, en las que el paciente debe impulsarse con su propia fuerza, hasta eléctricas, en las que el esfuerzo físico es menor. También, existen algunos scooters que tienden a ser menos costosos.
La Fundación de Artritis creó una lista con varias recomendaciones de herramientas útiles para distintas actividades y zonas en el hogar:
El paciente con artritis puede comprar ropa con broches de velcro. También existe un cordón que ayuda a subir la cremallera de un vestido o pantalón. Para colocar las medias, se podría utilizar un adaptador. Para dormir, existen camas que se ajustan para no tener que realizar esfuerzos. Los elevadores de muebles que se colocan en las patas de las butacas o las sillas ayudan a que queden más altos y se evite flexionar las rodillas al sentarse.
Se debe considerar no tener alfombras en el cuarto, fácil acceso para encender y apagar la luz, y que haya algo de iluminación en el cuarto de dormir.
Los abridores eléctricos, procesadores de alimentos y rebanadoras facilitarán el trabajo. Además, existen agarraderas integradas para sujetar objetos que se ubiquen lejos.
Para mayor estabilidad y soporte, en la bañera se pueden colocar pasamanos. Las palancas en las llaves o giradores de grifos de agua son otra opción para no doblar mucho los dedos. Asimismo, se recomienda que el paciente no tenga que levantar la pierna para entrar a la ducha y que el inodoro tenga un toilet raiser para elevar el asiento.
Silva Collazo insistió en que la prevención de caídas en el adulto mayor es muy importante.
“Una caída en el adulto mayor le puede traer como consecuencia una descompensación en los otros sistemas del cuerpo. Los ejercicios de balance en el adulto mayor son esenciales en la prevención de caídas, son igualmente importantes que el ambiente esté libre de obstáculos, con buena iluminación, y que las áreas de dormitorio y baño cumplan con elementos básicos de seguridad para esta persona”, manifestó.
La terapista física recomendó que los cuidadores y familiares deben tener en cuenta que el paciente con artritis tenga fácil acceso para realizar sus actividades diarias para que se pueda sentir independiente y empoderado.
La terapista compartió que la mayoría de los planes médicos cubren este tipo de equipo. “Siempre es recomendable que se eduque al paciente sobre los beneficios que incluyen los planes médicos y si compran algún equipo en farmacias”, subrayó.
Además, recalcó que los pacientes deben recibir el entrenamiento de su uso de un profesional de terapia física, ya que, el proceso de examinación, puede detectar otros problemas y referir al paciente para recibir los servicios de otros profesionales de la salud, concluyó la catedrática.
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