Yarimar Mercado comparte su experienca en el deporte del tiro al blanco camino a las Olimpiadas
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Su sueño de presentarse en el escenario olímpico fue una meta que Yarimar Mercado siempre tuvo en su cabeza.
Desde que comenzó a dar sus primeros pasos en el deporte de tiro —a los 13 años— se puso como meta representar a Puerto Rico en el máximo evento deportivo del mundo: las Olimpiadas. Y ese honor finalmente se cumplirá este agosto, cuando se una a la delegación boricua en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en Brasil.
Sin embargo, afirma que el camino que tuvo que atravesar para lograr esa meta fue pedregoso.
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“Han sido un proceso largo, de altas y bajas y de muchos sacrificios. Desde lo más simple, como perderse una fiesta de cumpleaños o dejar de hacer las cosas que la juventud normalmente hace, hasta las noches sin dormir por tener que estudiar y entrenar a la vez”, recuerda Yarimar, de 21 años, natural de Yauco.
La lucha de esta joven atleta por alcanzar su meta olímpica arrancó desde que decidió ingresar la Escuela Especializada del Deporte del Albergue Olímpico a los 13 años. De inmediato tuvo que acostumbrarse a una vida lejos de su familia y convivir con otros atletas-estudiantes.
En el camino se encontró con gente que aspiraban a sus mismas metas y que intentaron sacarla de carrera para que desistiera de sus intenciones de ser una atleta nacional.
“Fueron tiempos bien difíciles. Me deprimí y mis notas bajaron, pero me aferré a la confianza que tenía en mí, a mi fuerza de voluntad y siempre con mi mente clara de lo que quería lograr. Sabía que estaba haciendo las cosas bien. Nadie me iba a quitar las ganas de entrar al equipo de tiro y algún día representar a Puerto Rico”, narra Yarimar.
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Perseverancia, su guía de camino a Río 2016
La convivencia no fue el único obstáculo que enfrentó. Luego de su pasantía en el Albergue Olímpico, pasó tres años sin un entrenador. Incluso, al momento de buscar el pase a Río de Janeiro, tuvo que hacerlo sola, sin ningún coach a su lado.
Así llegó a los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, donde esperaba clasificar en la modalidad rifle de aire a 10 metros. De entrada no tuvo suerte.
“En esa competencia nada salió bien. Tenía mucha presión porque era mi última oportunidad para clasificar en rifle de aire. Mi luz no funcionó bien y no pude lograrlo”, reconoce.
Pero el destino le tenía preparada otra oportunidad. En la modalidad rifle de 3 posiciones a 50 metros —que no era su fuerte— Yarimar terminó con la medalla de bronce en su cuello y el pasaje a Río en el bolsillo.
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“¿Cómo explicarlo? ¡Fue una sensación increíble! Después de tanto sacrificio, de tantos años de entrenamiento, al fin lo logré. ¡Valió la pena todo!”, rememora una sonriente Yarimar.
Su logro, admite Yarimar, se debe en parte alapoyo que ha recibido de la Federación de Tiro de Armas Cortas y Rifles de Puerto Rico, así como del Comité Olímpico de Puerto Rico.
Los aros olímpicos no son su único proyecto. En medio de su entrenamiento, Yarimar está a punto de completar estudios en Tecnología Radiológica. Todavía se hospeda en el Albergue Olímpico y, como ha hecho por los pasados ocho años, combina su entrenamiento con los estudios universitarios. Sacrificio y tesón, instancias que han definido su joven carrera. Al final, la yaucana sabe que no hay meta que no se pueda lograr sin obstáculos que superar.
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