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Hace ya más de 20 años desde que la familia Gómez Hernández vino desde su natal México a nuestra isla, donde encontraron no solo un segundo hogar, sino un lugar próspero para traer los sabores de la verdadera cocina mexicana al paladar de los boricuas.
Mi Casita Mexicana, ubicado en la avenida Esmeralda en Guaynabo, conserva la autenticidad de la comida mexicana deleitando a los comensales, en especial los miércoles, cuando ofrecen un 20% al pagar con la tarjeta Visa (más restaurantes en visa.com/sal).
Cocina familiar para los boricuas
Este local nació en 2014 como un esfuerzo de Mayra Hernández, quien ya contaba con muchos años de experiencia en la industria culinaria, según cuenta su hija, Haydée Gómez. En el establecimiento también trabajan sus hermanos, Omar e Iván, y su papá, Juan Gómez, quien, tras trabajar toda una vida para otros negocios de comida, los motivó a emprender juntos en esta aventura familiar.
Gómez comparte que entre los favoritos se encuentran las carnitas al pastor, el pozole, las enchiladas, los chiles rellenos y los tamales. Lo más especial, sin embargo, es su mole poblano: una tradicional receta de su abuela que fue pasada a su madre, y que hoy la transforma en una delicia frecuentemente solicitada en el restaurante.
Acompañantes que saben a gloria
Para acompañar sus ricas comidas y refrescarte, resaltan sus variadas margaritas, hechas al momento y con ingredientes de la más alta calidad. Están disponibles en el sabor tradicional y también en opciones frutales como tamarindo, parcha, mangó, fresa, guanábana y coco.
Una buena comida no puede terminar sin algo que nos endulce el paladar, y en Mi Casita Mexicana ofrecen el gran ganador: un flan de tequila que es confeccionado —como todos sus productos— desde cero y por las manos de sus padres.
En el restaurante cuentan con un menú a la carta y también tienen especiales de almuerzo, que comienzan desde $6.95.
“Aquí la gente sabe la diferencia entre lo que es comida auténtica y lo que no. Mis papás cocinan y se encargan de ver cada detalle en cada comida”, enfatiza Gómez.
El mayor deseo de Mi Casita Mexicana es que los comensales se sientan precisamente como sugiere su nombre: en casa, en familia. “Siempre buscamos complacer al máximo a todos nuestros visitantes; esa es nuestra meta”, finaliza.
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