Washington D.C. - Diez años después de anunciar su precandidatura a la Casa Blanca, el presidente Donald Trump tiene en marcha la masiva política pública dirigida a deportar millones de personas con estatus migratorio indefinido, que tiene como base la retórica que trajo entonces al más alto nivel del debate político estadounidense.

Cuando anunció, el 16 de junio de 2015, su aspiración a la Casa Blanca –que pocos tomaron con seriedad–, Trump comenzó su campaña atacando a los inmigrantes, particularmente a los mexicanos, que describió como criminales y violadores.

“Cuando México envía a su gente, no envía a los mejores. No te envían a ti. No te envían a ti. Envían gente con muchos problemas, y traen esos problemas con nosotros. Traen drogas. Traen delincuencia. Son violadores. Y algunos, supongo, son buenas personas”, dijo Trump aquel 16 de junio.

Desde el inicio, incorporó el eslogan de Hacer Grande a Estados Unidos Otra Vez (MAGA, por sus siglas en inglés), que se ha convertido en un movimiento integrado por su base política.

Entonces, pocos pensaron que Trump tendría posibilidades de vencer a políticos curtidos como el gobernador de Florida, Jeb Bush, o los senadores Marco Rubio y Ted Cruz. Menos pensaban que pudiera vencer a la exsecretaria de Estado, exsenadora y ex primera dama, Hillary Clinton.

Pero Trump venció a Clinton, al obtener 304 de los 538 votos del colegio electoral que decide las elecciones presidenciales estadounidenses, aun cuando perdió por casi tres millones el voto popular.

En su primer cuatrienio, mantuvo la misma retórica antiinmigrante de ahora.

Durante la pasada campaña de 2024, Trump, dos veces llevado a un juicio político en el Senado de Estados Unidos y convicto de 34 cargos criminales por registros comerciales falsos, fue especialmente ofensivo en su retórica antiinmigrante hacia los venezolanos.

Con una plataforma más a la derecha y con tendencias autoritarias, Trump ha puesto en vigor, en esta segunda administración, el esfuerzo por deportar millones de personas indocumentadas, que ha generado multitudinarias protestas, que se incrementaron el pasado fin de semana a nivel nacional en Estados Unidos y Puerto Rico.

Los arrestos hechos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) en Estados Unidos y sus territorios, incluido Puerto Rico, superan ya los 100,000, acercándose, en menos de medio año, al total de 113,431 de 2024.

Las denuncias de arrestos y deportaciones indiscriminadas, que han incluido llevar a cientos de personas al controvertido Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) de El Salvador, han generado demandas judiciales y protestas.

Las redadas de ICE, más recientemente, han avivado fuertes manifestaciones de protesta en Los Ángeles, donde, tras esporádicos actos de violencia, el presidente Trump –en contra de la voluntad del gobernador de California, Gavin Newson, y la alcaldesa Karen Bass– movilizó guardias nacionales y tropas de la Infantería de Marina.

En medio de las denuncias ciudadanas y la preocupación de sectores económicos, la administración de Trump ha ordenado poner en pausa los arrestos en fincas, restaurantes y hoteles.

En las redes sociales, Trump ha solicitado a los agentes de ICE centrarse en personas con historial delictivo y “hacer todo lo que esté a su alcance para lograr el objetivo muy importante de entregar el programa de deportación masiva más grande de la historia”.

Pero dijo que los agentes “deben expandir los esfuerzos para detener y deportar a los extranjeros ilegales en las ciudades más grandes de Estados Unidos, como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde residen millones y millones de extranjeros ilegales”.

Trump –quien se encuentra en la reunión del G7 en Canadá– no mencionó ciudades o estados dominados por el Partido Republicano. Según el Pew Research Center, los tres estados con más personas con su estatus migratorio indefinido son California (1.8 millones), Texas (1.6 millones) y Florida (1.2 millones).

California tiene un gobierno demócrata. Texas y Florida tienen gobernadores y legislaturas republicanas.

Al declarar el lunes ante el Comité de Descolonización de las Naciones Unidas sobre la situación colonial de Puerto Rico, el portavoz del Comité de Derechos Humanos, Kevin Rivera Medina, afirmó que la experiencia en la isla ha sido que los agentes federales utilizan “prácticas que parecen más al secuestro que detenciones lícitas, la inmediata extradición de migrantes a campos de concentración bajo carpas fuera de nuestras costas, sin acceso a sus representantes legales ni a sus familias”.