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Javier Ávila fue reconocido en 2015  como Profesor  del Año por el Northampton Community College, en Pensilvania, donde enseña inglés.
Javier Ávila, profesor puertoriqueño en Northhampton Community College. (Suministrada)

Washington D.C. – El profesor puertorriqueño Javier Ávila ha sido reconocido por la Asociación Hispana de Educación Superior por su espectáculo “El problema con mi nombre”, por medio del cual ha llevado su experiencia cultural en Estados Unidos a más de 180 universidades, escuelas y empresas privadas.

Se trata de una presentación basada en sus vivencias, las que cuenta con humor y con la intención de cumplir un propósito pedagógico.

Pensé que si tenía suerte haría cinco o 10 presentaciones, nunca 180”, dijo Ávila, profesor de inglés en Northampton Community College, en Bethlehem, Pensilvania.

En 2015, el “Council for Advancement and Support of Education and the Carnegie Foundation for the Advancement of Teaching” lo escogió como profesor del año en Pensilvania.

La asociación hispana otorgó a Ávila el premio cultural William Aguilar por su contribución al entendimiento de la comunidad latina y su cultura. Aunque el reconocimiento fue anunciado hoy, la ceremonia oficial tendrá lugar, de forma virtual, el 4 de marzo.

El pasado año, el premio fue otorgado al laureado poeta Juan Felipe Herrera.

En su espectáculo, “The Trouble with My Name, Ávila advierte al público del choque cultural que puede tener un puertorriqueño que se muda de la isla a Estados Unidos, comenzando por la forma en que en inglés los estadounidenses pronuncian su nombre.

Como parte de sus presentaciones, Ávila cuenta que siempre quiso tener un nombre exótico. Pero, solo en su salón de clases en Puerto Rico, había cuatro muchachos de nombre Javier. “Tuve que mudarme a Pensilvania para conseguir mi deseo”, sostiene.

Ávila indicó que utiiza el humor para conectarse con la audiencia y hacer ver que no está buscando hacer sentir mal a nadie.

“La mayoría de los que han visto el espectáculo no son latinos, pero mientras van aprendiendo ves cómo cambia el lenguaje corporal…Lo más necesario es construir un puente para que puedan ver y humanizar al otro…esa imagen que tienen del otro, del extranjero”, sostuvo.

El profesor boricua tiene como escenario la casa de su abuelita con todo lo que veía cuando la visitaba en la década de 1980, desde el potecito de Vicks, hasta el agua maravilla y el alcoholado.

Para Ávila, lo más importante de sus presentaciones ha sido “poder abrir los ojos a tantas personas que no estaban al tanto de lo que es ser puertorriqueño en Estados Unidos”.

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