Catedral de Notre Dame en la ciudad de Rouen, Francia. (Gregorio Mayí/Especial para GFR Media)
Catedral de Notre Dame en la ciudad de Rouen, Francia. (Gregorio Mayí/Especial para GFR Media) (ELNUEVODIA.COM)

Qué maravilla tener un “gran problema” cuando se visita un puerto de cruceros que tiene tanto interesante para escoger y que resulta difícil decidirse. Eso nos sucedió cuando llegamos a Le Havre, en Francia, uno de los puertos de parada del nuevo Norwegian Prima, y una ciudad de gran tradición marítima y portuaria. Mientras para muchos pasajeros era la puerta de entrada a París, para otros representaba un encuentro con el arte de Claude Monet, o con los recuerdos del Día D.

Le Havre es la ciudad más grande de Normandía, región del noroeste de Francia. Si algo teníamos claro en esta visita, precisamente es que no iríamos a París. El trayecto entre ambas ciudades es de unas tres horas y media cada vía, lo que en una larga excursión nos dejaría, con suerte, unas cuatro horas para disfrutar de una de las ciudades más imponentes del mundo. Habíamos estado en la capital francesa en varias ocasiones, y sabíamos que si íbamos en un tour así, nos quedaríamos con deseo de ver más.

Vistazo aéreo de París desde el tope del Árco del Triunfo. (Gregorio Mayí/Especial para GFR Media)
Vistazo aéreo de París desde el tope del Árco del Triunfo. (Gregorio Mayí/Especial para GFR Media) (ELNUEVODIA.COM)

Pero muchos pasajeros optaron por hacer el recorrido, especialmente los que no habían estado antes allí, y vinieron satisfechos con el rápido vistazo. Tuvieron su foto con la Torre Eiffel, pasaron por los Campos Elíseos y hasta tuvieron su almuerzo en un barco mientras navegaban por el Río Sena.

Norwegian Cruise Line nos ofrecía muchas otras opciones de tours, y escogimos visitar Guiverny, donde están la Casa-Jardines de Monet (preciosa), la que visitamos por dos horas, y por la tarde llegamos a Rouén, o Ruán, en español. La encantadora ciudad medieval y capital de Normandía, resultó ser una joya del itinerario, donde gracias al tiempo libre, visitamos su Catedral Notre-Dame, que inspiró la serie de “Catedrales”, de Monet, La Maison Sublime, el monumento judío más antiguo de Francia y su principal arteria comercial, donde está el Gran Reloj. Pero antes de terminar la visita, fuimos a la Iglesia de Santa Juana de Arco, edificada en la Plaza Vieux Marché, donde ella fue quemada en la hoguera en 1431. Rouén es conocida como “La Ciudad de los 100 Campanarios”.

Para muchos pasajeros, sin embargo, la principal razón para visitar este puerto tenía un elemento histórico, cargado de melancolía y orgullo patrio. Ellos querían conocer las playas del desembarco del histórico Día D, del 6 de junio de 1944, el más grande de la historia, que incluyó fuerzas aéreas, navales y terrestres y que dio inicio a la liberación de Europa Occidental de los nazis. Entre otros lugares, se visita Omaha Beach y el Cementerio Americano Colleville-sur-Mer.

Gran reloj de Rouen, Francia. (Gregorio Mayí/Especial para GFR Media)
Gran reloj de Rouen, Francia. (Gregorio Mayí/Especial para GFR Media) (ELNUEVODIA.COM)

Pero Le Havre, como puerto, tiene muchas otras opciones, incluyendo la visita al bello Monte Saint-Michel, un islote rocoso, rodeado de una bahía. El monte y la bahía fueron declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad de la Unesco, en 1979, pero lo que más llama la atención es su impresionante abadía, que parece un castillo. Queda también a casi tres horas del puerto, por lo que esta, al igual que todas las excursiones lejanas, es recomendable contratarlas con el crucero. Aunque pueden resultar más costosas, brindan la tranquilidad de saber que el barco no lo dejará si se retrasa el tour.

Otras opciones desde Le Havre son Honfleur, un encantador pueblito marítimo, que ha sido fuente de inspiración para pintores. Desde allí puede hacer paseos como “La Ruta de la Cidra”, “La Ruta de los Quesos”, o “Recorrido por los estuarios del Río Sena”. En Honfleur encontrará callecitas estrechas, casas pegaditas, estrechas y altas en el centro de la ciudad y el Museo de la Marina, entre otras atracciones.

Casa y jardines de Monet. (Gregorio Mayí/Especial para GFR Media)
Casa y jardines de Monet. (Gregorio Mayí/Especial para GFR Media) (ELNUEVODIA.COM)

Si no quiere ninguna excursión lejana, puede recorrer Le Havre, que según nos indicó Marie, nuestra guía, es la única ciudad cuya arquitectura moderna está clasificada como Patrimonio Mundial de la Unesco. La ciudad, que fue muy dañada por los bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, es una ahora donde cuyo casco histórico destaca la luz, gracias a la creación y reconstrucción del arquitecto Auguste Perret. Fue esa misma luz, tan típica de la ciudad, el elemento que inspiró a Monet a pintar en 1872, su “Impresión del sol naciente”, obra que dio el nombre al movimiento impresionista. Los barcos ofrecen ‘shuttles’ o puede contratar transporte que encontrará en el puerto, que es uno de los más más importantes de Europa a nivel comercial.

En su visita podrá ver la Iglesia Saint-Joseph, con su famosa torre linterna, símbolo no solo del renacimiento de la ciudad, sino también de Europa. Además el Museo de Arte Moderno André Malraux-MuMa Le Havre, el apartamento de Perret (donde verá cómo proponía que fuera la vida después de la guerra), y Los Jardins Suspendus, entre otras atracciones.

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