

31 de julio de 2025 - 12:00 PM
Fue una larga espera de 24 años sin conocer lo que era ganar un campeonato en el Baloncesto Superior Nacional (BSN).
Pero más que la espera, una generación de ponceños creció bajo la burla del resto de la afición a su equipo sotanero.
Para colmo de males, lo que vivió deportivamente la ciudad, con su franquicia de baloncesto, llegó al punto de ser un reflejo de los males que aquejaban a la ciudadanía.
Corrupción política y administrativa, desempleo, y emigración en masa dejaron la moral de los sureños en el suelo.
Todo ese contexto histórico que marcó el preámbulo al esperado y añorado campeonato de 1990 por los Leones de Ponce, es lo que recoge el periodista Richie Lugo Marrero, en su libro Un Equipo. Una Revolución.: La historia de los Leones de Ponce 1990.
“Ese campeonato nos marcó, porque fue el primero que vivió nuestra generación”, dijo en entrevista telefónica Lugo Marrero desde Florida, donde reside hace alrededor de 20 años.
“Sufrimos humillaciones, se burlaban de nosotros. Nosotros teníamos hambre, y digo nosotros porque íbamos a las canchas y el equipo era nuestra válvula de escape de todo lo que estaba pasando”.
Lugo Marrero, uno de los hijos del veterano periodista y cronista radial Pedro Carlos Lugo, recuerda que siendo un adolescente en la década de los 80, sufrió como fanático en carne propia la vergüenza que vivió la afición ponceña por los escándalos protagonizados por la gerencia de la franquicia relacionados al uso de jugadores inelegibles o chivos en 1978, llegando al punto culminante y más bochornoso en 1984 con el caso de David Ponce.
Es como si la corrupción gubernamental asociada a pasados incumbentes del ayuntamiento, se trasladara al deporte de la ciudad.
“Yo encajo la parte deportiva con la social, política y económica con lo que estaba viviendo en Ponce. Verás en el libro qué era lo que estaba pasando en Ponce. Ponce venía de los años 70 en la época que se perdieron los trabajos en las petroquímicas (Peñuelas y Guayanilla) y en las fábricas. El desempleo en Ponce estaba en 40 por ciento”, relató el autor del libro sobre la situación de la llamada Ciudad Señorial en una de sus épocas oscuras.
El libro está disponible desde el 4 de julio en plataformas como Amazon, y Lugo Marrero dijo que está en planes de venir a la isla para realizar más adelante una presentación oficial.
La salida al mercado del libro, curiosamente se dio con la clasificación de los Leones a la postemporada en este torneo 2025. Tan reciente como el martes en la noche poncharon su pase a la serie final, contra todos los pronósticos luego de otro mal inicio de campaña.
“Empiezo (el libro) con el baloncesto como redención, porque nació en medio de una crisis. Y narro lo que pasó con las petroquímicas y cómo eso empezó a reflejarse. La gente se va de Ponce, se empezó a mudar. Ponce empezó a perder población ahí, y viene también la parte política; todo aquel bochinche de los alcaldes que no concluyeron sus términos, Joselín Tormos Vega y Josito Dapena Thompson. Y también lo encajo (la historia) con la llegada de Churumba (el fenecido alcalde Rafael Cordero Santiago), que desde que llegó decía, ‘hay que acabar con la psiquis del derrotismo’. Era una frase que usaba mucho”, rememoró Lugo Marrero.
Todo el trasfondo social y político, pero también el deportivo, describiendo como aquel equipo que conquistó el cetro de 1990 se fue formando, es lo que el autor recoge en las 277 páginas de la pieza.
Así mismo, recapitula cómo la franquicia fue resurgiendo desde las cenizas que dejó el saliente apoderado José “Chen” Izquierdo, entonces tenedor de franquicia cuando el equipo de los Leones fue acusado de utilizar un jugador ‘chivo’, David Ponce, en 1984.
Por eso al equipo se le confiscaron sus victorias, quedando con récord negativo. De todos modos el torneo del BSN no se podría concluir debido a la acción legal que tomó el jugador estadounidense.
Por todo el pleito el torneo se detuvo, pero entonces, entre el presidente del Comité Olímpico de la época, Germán Rieckehoff Sampayo y el presidente federativo y director del BSN, Jenaro “Tuto” Marchand, idearon la recordada Copa Olímpica, un torneo alterno que rescató la temporada y coronó un campeón, Canóvanas.
Lugo Marrero narra acontecimientos como la llegada de un nuevo apoderado, en la figura del licenciado Agustín Díaz, quien comenzó la reconstrucción. Así también dedica espacio al logro de 1987. Solo tres temporadas después de tocar fondo, Ponce quedó en la cima del torneo terminando en la primera posición la temporada regular con récord de 23-7, bajo la dirección de Raymond Dalmau.
También recuerda el suplicio de ese mismo año cuando los Titanes de Morovis, de la mano de Wes Correa y Mario Butler, barrieron a los Leones en semifinales.
Dos años después de eso, Ponce estaba llegando a una serie final en 1989 ante los Mets de Guaynabo, con quienes volvieron a verse las caras en la serie de de campeonato de 1990 para llevarse el título que lo había eludido por 24 años.
“Yo divido la historia y en una primera parte contextualizo lo de la crisis. Hay una cosa bien importante, y es que en los 90, aunque no lo decimos con orgullo, los fanáticos íbamos y formábamos un problema en todas las canchas. Tiene que ver con la rabia que sentíamos. Por eso Diego (Meléndez) se convirtió en nuestro ídolo, porque representaba toda la rabia que sentíamos como pueblo”, agregó recordando al fuerte delantero de los Leones, que en su carrera en el BSN es recordado por su rudeza debajo de los tableros.
“Se dieron tantas cosas después que coinciden para que resurja la ciudad… El campeonato del equipo coincide con la ciudad subiendo. Una de las cosas que trato de describir es cómo ese campeonato cambió todo, y todo lo que vino después”, repasó Lugo Marrero recordando que poco después Ponce se convirtió en el primer municipio autónomo, lo que le dio libertad económica a la ciudad, y así también comenzaron construcciones nuevas aparte de que fue escogido como sede de los Juegos Centroamericanos y del Caribe 1993.
“El libro va corriendo como una película, tratando de que antes que lleguemos al campeonato, explicar cómo se va desarrollando todo”.
Figuras de primer orden como Roberto “Bobby” Ríos y Ángel “Cachorro” Santiago saldrían del equipo vía transacciones a mediados de los 80 en la peor época de los Leones.
Pero comenzarían a llegar otras que contribuyeron a la reconstrucción, entre ellos José “Papote” Agosto, Alfred “Butch” Lee y Mike Torres, gracias al sorteo de las reservas. Luego vendrían las firmas de Roberto Muñoz, Javier Antonio “Toñito” Colón y Carlos “Charlie” Lanauze, entre otros.
Lugo Marrero se expresó amante de la lectura y que aunque no le gusta ver en libros datos fríos como estadísticas y ‘box scores’, decidió dedicar un espacio en el libro para incluir un recuento de esa temporada 1990, con un sumario juego a juego. Esto con el propósito de dejar para futuras generaciones un documento histórico que sirva como referencia.
Entre las anécdotas que aparecen en la pieza, está la de un fanático contando cómo consiguió y cuánto pagó por un improbable boleto para el juego decisivo de la serie final en el Auditorio Juan “Pachín” Vicens, en el que los Leones se coronaron campeones. También está el cuento de Diego Meléndez y lo que estuvo haciendo el día antes de la conquista.
El libro puede conseguirse también vía comunicación por Whatsapp en el (863) 852-0852.
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