Lo que se perfilaba como un choque mediático entre Jake Paul y Gervonta “Tank” Davis ahora está rodeado de incertidumbre, luego de que una demanda civil presentada contra Davis en Miami-Dade provocara que los organizadores evaluaran si seguir adelante con el evento del 14 de noviembre.

En declaraciones escritas, la empresa promotora Most Valuable Promotions (MVP) informó que inició una investigación interna tras enterarse de la demanda presentada contra Davis el 30 de octubre.

“Estamos recopilando información y revisando los detalles para asegurarnos de que cualquier decisión que tomemos sea cuidadosamente evaluada”, señaló la compañía. “Condenamos de manera inequívoca toda forma de violencia y estamos comprometidos a manejar este asunto con diligencia y respeto hacia todas las partes involucradas”, añadió MVP.

“Determinaremos los próximos pasos una vez hayamos completado nuestra revisión y consultado con las partes pertinentes. Hasta entonces, no estaremos ofreciendo más comentarios”, puntualizó la firma de boxeo.

Un reporte de ESPN reveló que el campeón ligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) enfrenta una nueva demanda civil relacionada con un presunto incidente de violencia doméstica. Según el documento obtenido por el medio, Davis fue acusado por su expareja, Courtney Rossel, de agresión, agresión agravada, privación ilegal de libertad, secuestro e infligir intencionalmente angustia emocional.

La demanda surge dos meses después de que un caso previo de violencia de género contra el boxeador fuera desestimado por otra de sus exparejas, quien además es la madre de dos de sus tres hijos.

ESPN también confirmó con uno de los abogados de la demandante, Jeffery Chukwuma, que se presentó un informe el martes ante el Departamento de Policía de Miami Gardens.

Este no es el primer obstáculo que enfrenta el combate, anunciado para ser transmitido por Netflix. En septiembre, la sede tuvo que cambiarse del State Farm Arena de Atlanta al Kaseya Center de Miami, ante las dudas sobre la obtención del permiso para celebrar el evento en el recinto original.

Según un artículo de USA Today, el presidente de la Comisión de Entretenimiento Atlético de Georgia (GAEC, por sus siglas en inglés), Rick Thompson, se mostró rotundamente opuesto al combate, en parte por la diferencia de peso entre ambos boxeadores.

Mientras tanto, el excampeón mundial y actual promotor Oscar de la Hoya descartó por completo la posibilidad de una futura pelea entre Paul y Ryan García, al citar razones contractuales que la hacen inviable en este momento.

“Déjenme decirles por qué esta pelea no va a suceder. Ryan García pelea para DAZN y Jake Paul lo hace en Netflix. Esa es básicamente la realidad”, explicó De la Hoya en un video que compartió en sus redes. “Golden Boy tiene un contrato con DAZN. Ryan García tiene un contrato con Golden Boy. Y así son las cosas. Esto es un negocio”.

De la Hoya añadió que, aunque García podría expresar su frustración públicamente, las reglas son claras.

“Probablemente Ryan saldrá diciendo que lo estoy deteniendo de ganar dinero o de pelear, pero no es así. Tienes que seguir la ley y las reglas. Tienes un contrato con DAZN, tienes un contrato con Golden Boy. Simplemente no se puede hacer”, sostuvo.

El promotor adelantó además que el próximo combate de García será anunciado por su empresa.

“La próxima pelea de Ryan García será anunciada por mí: quién será su oponente y cuándo peleará”, concluyó De la Hoya.