LAS VEGAS — La mejor prueba de que el jefe estaba cerca era el Ferrari 458 Spider blanco estacionado al frente, en medio de dos Rolls Royce del mismo color, con la capota abajo y reluciente bajo el sol de la tarde. Mientras Floyd Mayweather Jr. trabajaba adentro, un hombre con una botella de spray y una tela se aseguraba que no hubiese una sola partícula de polvo en el vehículo que el boxeador manejaría de vuelta a casa.
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La pelea más lucrativa de Floyd Mayweather
"Quiero que la pelea esté a la altura de la magnitud que tiene. De eso se trata", dijo el boxeador
Nota de archivo
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