Una mujer española decidió contar públicamente el vínculo que mantuvo con el cantante Alejandro Sanz, cuando tenía 18 años y él 49. La relación, según su testimonio, se habría iniciado cuando el artista comenzó a seguirla y a interactuar con ella en redes sociales.

La joven, identificada como Ivet Playá, expuso su historia en TikTok y afirmó que el primer contacto ocurrió en 2015. En ese entonces, ella era una fan del intérprete y, al recibir mensajes privados del artista, creyó estar viviendo un sueño.

Para respaldar su testimonio, mostró capturas de pantalla con interacciones en redes sociales. Aseguró que el cantante le comentaba fotos y agradecía públicamente su apoyo en publicaciones abiertas.

Según relató, el primer encuentro presencial con Sanz sucedió cuando ella tenía 18 años. Señaló que, aunque ya era mayor de edad, el cantante conocía su juventud.

Aseguró que esto le generó un fuerte impacto emocional, pues ahora considera que él era consciente de su vulnerabilidad.

Para mantenerse cerca del cantante, empezó a trabajar como dependienta. El objetivo era generar ingresos suficientes para seguir sus conciertos por distintas ciudades de España. Indicó que asistió a 10 presentaciones en un mes y medio.

Sostuvo que el artista estaba al tanto de sus esfuerzos y que, aun así, alimentaba sus expectativas. Por ello, afirmó que él “jugó con sus sueños”.

Cuando tenía 22 años, dejó su hogar en Barcelona y se mudó a Madrid. Lo hizo porque, según indicó, Sanz le ofreció un trabajo en su equipo. Afirmó que, durante esa etapa, alguien habría espiado las conversaciones que ambos mantenían de manera privada.

Playá explicó que el vínculo se tornó íntimo y sexual. Dijo que al inicio sintió que vivía una fantasía, pero luego experimentó una situación que calificó como una “pesadilla”.

Aseguró que compartió contenido privado e íntimo con el cantante. Sin embargo, manifestó temor sobre quién pudo haber accedido a ese material. Esa posibilidad la ha hecho sentir, en sus palabras, “engañada, humillada e incluso sucia”.

Agregó que durante mucho tiempo intentó justificar la relación. No obstante, hoy considera que lo ocurrido superó los límites de lo moral y lo humano.