

28 de mayo de 2025 - 11:10 PM
La fecha del 28 de mayo se lleva conmemorando casi 40 años, como parte de una propuesta de la Red de Salud de las Mujeres de América Latina y el Caribe a finales de la década de 1980. Eventualmente, se acogió como una fecha internacional, como el Día de Acción Global por la Salud de las Mujeres, pero siempre ha tenido como propósito el visibilizar las barreras de salud específicas y reivindicar el acceso a la salud a las niñas y a las mujeres.
“Es una fecha para elevar la conversación pública sobre las necesidades de salud de las mujeres y la responsabilidad del Estado de garantizar un acceso a la salud adecuado. Creo también que para retar un poquito las narrativas sobre la salud y hablar de la salud holística, la salud mental, que no solo se trata de la salud física”, explicó Tania Rosario Méndez, directora ejecutiva de Taller Salud, en entrevista con El Nuevo Día.
Al mismo tiempo, aprovechó para resaltar lo urgente de implementar políticas de salud más inclusivas y humanas que garanticen a las mujeres el acceso adecuado y oportuno a servicios básicos de salud.
Y es que, como organización comunitaria que dirige, conoce de primera mano sus necesidades y las adversidades a las que se enfrentan, por lo que afirma que el bienestar y la salud de un pueblo comienza con la salud de sus mujeres.
Por tanto, bajo el Taller Salud identificaron cinco temas para visibilizarlos, al considerarlos importantes y poder elevar esa conversación, acerca de lo que afecta la salud de las mujeres.
1. Las mujeres siguen siendo el pilar del cuidado familiar. El rol de cuidadora recae mayormente en mujeres mayores. Sin embargo, muchas cuidadoras enfrentan condiciones de pobreza, aislamiento, barreras para acceder a servicios de salud y no cuentan con recursos de apoyo esenciales.
“Ese es un tema que pasa bastante por debajo del radar, pues las personas lo consideran como algo natural o normal, que las mujeres sean las encargadas de todos los cuidados de todo el mundo. Y pues, con el reto demográfico y con el reto de migración que está viviendo Puerto Rico, se ha multiplicado la necesidad de cuidadoras y no tenemos programas estatales dedicados a proveer una remuneración adecuada para las cuidadoras formales o alguna alternativa adecuada para las cuidadoras informales, ni siquiera hay sistemas de respiro, aunque las cuidadoras no tienen ni un día libre para ir a una cita médica”, detalló Rosario Méndez.
2. El acceso a servicios médicos continúa cada vez más amenazado. “Las largas esperas, los procesos burocráticos y la escasez de especialistas hacen que muchas mujeres posterguen o abandonen su atención médica, afectando su salud y calidad de vida”, apuntó.
3. La salud mental merece atención. El estrés constante, la sobrecarga de tareas y la falta de apoyo impactan profundamente la salud mental y el bienestar. Crear alternativas para acercar estos servicios a la población, enfatiza, que debería ser una prioridad.
4. La alimentación saludable está fuera del alcance para muchas mujeres. Según detalla, con más del 85% de los alimentos importados, la falta de acceso a productos frescos encarece la canasta básica de muchas familias, especialmente aquellas encabezadas por mujeres.
“En Puerto Rico estamos viendo que no hay disponibles productos frescos con frecuencia y que la dependencia en productos importados hace que la alimentación que se consigue en los lugares, especialmente en las zonas más aisladas del país, no sea de alta calidad y además sea cada vez más cara. Las personas están consumiendo todo enlatado y eso tiene una cascada de efectos negativos para la salud”, manifestó.
5. En situaciones de emergencia, las mujeres lideran sin respaldo. En huracanes, terremotos o apagones, son muchas veces las mujeres quienes sostienen a sus comunidades, mientras ellas enfrentan dificultades para recibir ayuda médica, recursos económicos y apoyo psicosocial, menciona.
“Hay un liderato local en las comunidades en Puerto Rico muy organizado que ha adquirido muchas destrezas y capacidades en los pasados años de manejar emergencias, pero no tienen respaldo real. La mayoría de este liderato está compuesto por mujeres y ellas sostienen a sus comunidades, pero poniéndose en riesgo ellas porque abandonan cuidados médicos de todo tipo. Yo tengo la preocupación de que no se monta ningún sistema para incluir estos saberes, realizar consultas periódicas a este liderato para mejorar la respuesta coordinada de todas las dimensiones del Estado”, trajo a la atención.
En teoría, menciona que los municipios, el gobierno central y el gobierno federal debieran actuar de forma coordinada para responder rápidamente a las emergencias, pero consultando a la gente que ya lo sabe hacer o que lo ha hecho bien en el pasado, y que están más cerca de sus comunidades y sus necesidades.
“Siento como si reinventaran la rueda cada vez que hay un desastre y esto termina recayendo sobre los hombros de las propias lideresas comunitarias. Es urgente implementar políticas de salud más inclusivas y humanas que garanticen a las mujeres el acceso adecuado y oportuno a servicios básicos de salud”, concluyó Rosario Méndez.
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