

8 de junio de 2025 - 11:10 PM
Ver cómo una planta se marchita, pierde color o se llena de hojas secas puede ser una experiencia frustrante. Pero no todo está perdido.
En muchos casos, una planta que parece al borde de la muerte puede recuperarse si actuamos a tiempo y de manera adecuada. Revivirla requiere observación, paciencia y algunos cuidados clave. Con solo algunos pasos, es posible revivir plantas en el interior del hogar
Lo primero que hay que hacer es observar detenidamente la planta para determinar si realmente se muere o simplemente pasa por una etapa de estrés.
Algunas señales de alerta son:
Es importante revisar tanto las partes visibles como las raíces. Si las raíces están completamente podridas (negras, blandas y con mal olor), es probable que la planta no tenga salvación. Sin embargo, si todavía quedan raíces firmes y blancas, hay esperanza.
Las plantas no mueren porque sí, siempre hay una razón detrás del deterioro.
Algunas de las causas más comunes son:
Una vez detectada la causa, el siguiente paso es la poda.
Retirar todas las hojas secas, flores marchitas y tallos dañados. Esto ayuda a que la planta no gaste energía en intentar mantener partes que ya no puede recuperar y, en cambio, concentre sus recursos en regenerarse. Una vez detectados los tallos y hojas secos de una planta, toca podarla
Sí hay raíces podridas, cortarlas cuidadosamente con una tijera limpia y desinfectada. Siempre asegurase de dejar solo las raíces sanas.
Muchas veces, el problema está en el sustrato, dado que puede estar demasiado compacto, contaminado o sin nutrientes.
En este punto, sacar la planta de su maceta con cuidado, limpiar bien las raíces y colocarla en un nuevo sustrato fresco y aireado, adecuado para su especie.
Por otro lado, si la maceta es muy pequeña o no drena bien, cambiar a una más grande y con orificios en la base. Un buen drenaje es esencial para evitar el exceso de humedad y la pudrición de raíces. Renovar el sustrato de una maceta es una gran manera de revivir una planta
Después de un trasplante, es fundamental ajustar el riego.
Un error común es regar en exceso “por las dudas”. En realidad, la planta necesita estabilidad y solo hay que regarla cuando el sustrato esté seco al tacto y evitar dejar agua acumulada en el plato debajo de la maceta.
Para plantas deshidratadas, hacer una “rehidratación de emergencia” y dejar la maceta sumergida en agua (sin cubrir las hojas) durante unos 30 minutos; luego dejarla drenar bien.
Ubicar la planta en un espacio con buena luz natural (sin sol directo si es una especie sensible), lejos de corrientes de aire y con temperatura estable puede marcar una gran diferencia.
También es importante no moverla demasiado de lugar, ya que los cambios constantes pueden generar estrés. Una vez que se encuentre el sitio ideal, dejarla ahí para que se aclimate.
Después de aplicar todos estos cuidados, toca la parte más difícil: esperar.
Las plantas no se recuperan de un día para el otro, pueden pasar semanas hasta que veas signos de mejoría, como brotes nuevos o tallos más firmes. La jardinería no es milagrosa y las plantas requieren tiempo para revivir, por lo que toca tener paciencia
Mientras tanto, evitar fertilizar de inmediato. Aunque pueda parecer buena idea, abonar una planta débil puede ser contraproducente y siempre es recomendable esperar a que muestre signos de recuperación antes de aplicar fertilizante.
Revivir una planta que se está por morir no solo es posible, sino que también puede ser muy gratificante. Observar cómo poco a poco vuelve a tener vida es una experiencia única para quienes aman las plantas. Con observación, algunos ajustes y mucho cariño, es posible darle una segunda oportunidad a esa planta que se creía perdida.
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