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Esquizofrenia y drogas: alertan sobre el riesgo en jóvenes adolescentes

Una psiquiatra alerta ante los factores que pueden llevar a padecer de esta enfermedad mental

1 de junio de 2025 - 11:10 PM

Los signos conductuales de advertencia de la psicosis incluyen: desconfianza, ideas paranoicas o incomodidad frente a otras personas. (Shutterstock)

La exposición temprana a sustancias controladas podría llevar a una persona a sufrir un episodio psicótico, que pudiese desencadenar en mayor riesgo de padecer la condición de esquizofrenia, una enfermedad mental grave que afecta el modo de pensar, sentir y comportarse de las personas.

Así lo alertó la psiquiatra Ileana Fumero en entrevista con El Nuevo Día, al resaltar que esta condición sigue siendo una preocupación en términos de salud mental, porque si no se identifica a tiempo y no se recibe tratamiento, puede deteriorar al paciente y, por consiguiente, tendría un impacto a nivel funcional, familiar, social y de país.

La especialista señaló que el primer episodio psicótico, usualmente ocurre en la adolescencia tardía o en la adultez temprana. La psicosis se refiere a un conjunto de síntomas que afectan la mente y que hacen que se pierda cierto contacto con la realidad.

“Estamos viendo que uno de los factores es la exposición más temprana a sustancias, que pudiese llevar a un episodio psicótico más temprano y desencadenar el mayor riesgo de padecer la condición de esquizofrenia. No podemos decir que haya un aumento en el diagnóstico de casos, pero sí lo que hemos estado viendo es que ha habido un aumento de episodios psicóticos, particularmente asociado al uso de sustancias a edades más tempranas, mucho más prevalente”, explicó la doctora Fumero, acerca de lo que indicó se ha constatado no solo a nivel local, sino internacional.

Por tanto, la especialista de la salud subraya lo pertinente en la concientización y la importancia de identificar esos primeros episodios psicóticos, así como los factores que pudiesen ser modificables o atenuantes, para que reciban un tratamiento adecuado.

“Se piensa que estas condiciones no son tratables y tenemos variedad de tratamientos, mecanismos de acción y alternativas que podemos individualizar para cada paciente, sus circunstancias, y sus síntomas. La educación sigue siendo un arma importante para identificar, tratar y atenuar el impacto de las condiciones de salud mental en Puerto Rico”, señaló.

Edad adulta joven

Uno de los retos que la doctora Fumero puntualiza es que usualmente la manifestación del primer episodio psicótico ocurre en la adolescencia tardía. Esto pudiese ser quizás a los 15 años, pero usualmente pudiese llegar hasta los adultos jóvenes, como lo son los finales de los 20 y hasta los 30. Un diagnóstico después de esa época tendría otras implicaciones.

“En esa adolescencia tardía, se sabe que hasta los principios de los 20, quizás hasta los 24 o 25, en el cerebro todavía se están orquestando circuitos, en los que empiezan a ocurrir desviaciones. El cerebro no se termina de desarrollar adecuadamente en términos de intelecto y conexiones, por lo que usualmente ese primer episodio psicótico ocurre a estas edades”, orientó.

Se puede tener un episodio psicótico a edades más jóvenes o más avanzadas, pero pueden formar parte de diversos trastornos y enfermedades. Por ejemplo, las personas mayores con trastornos neurológicos pueden tener un mayor riesgo de que les dé psicosis.

Alteración de pensamientos y percepciones

Según la psiquiatra, durante un episodio de psicosis, se alteran los pensamientos y las percepciones, y la persona puede tener dificultad para reconocer lo que es y lo que no es real.

A menudo, las personas con psicosis tienen delirios (creencias falsas) y alucinaciones (ver u oír cosas que otros no ven u oyen, como escuchar voces que les dicen que hagan algo o les critican). Otros síntomas pueden incluir hablar incoherentemente o sin sentido, o comportarse de forma inapropiada para la situación en la que se encuentra.

Sin embargo, señala que con frecuencia puede haber cambios en el comportamiento de una persona antes de que se presente la psicosis. Los signos conductuales de advertencia de la psicosis incluyen: desconfianza, ideas paranoicas o incomodidad frente a otras personas; problemas para pensar con claridad y lógica; aislamiento social y más tiempo a solas; ideas inusuales o demasiado intensas, sentimientos extraños o una falta total de sentimientos; menos atención al cuidado o la higiene personal; interrupción del sueño, incluida la dificultad para conciliarlo y dormir menos horas; dificultad para distinguir entre realidad y la fantasía; habla confusa o dificultad para comunicarse; baja repentina en las calificaciones o en el desempeño laboral.

“El reto con estos síntomas es que se confunden o pueden decir que es parte de la adolescencia, porque sabemos que a veces presentan una tendencia a aislarse, a ponerse irritable o a tener ideas diferentes, que son parte quizás del proceso adecuado que ocurre en el adolescente. Por tanto, en muchas ocasiones para el familiar, que es el que está ahí, da el espacio porque pudiese ser que es algo pasajero o temporero como parte del proceso que ocurre en la adolescencia. En ocasiones nos damos cuenta o percatamos de que hay algo pasando, por lo que exhorto a salir de dudas y llevarles a una evaluación”, instó.

Si hay un historial familiar, la especialista explica que hay más probabilidad de tener un episodio de psicosis. “Mientras más cercanos, si es un hermano, una hermana, un primo, un padre o una madre, unos abuelos, pues eso aumenta la probabilidad de tener un episodio. Incluso, a veces los historiales prenatales no los tenemos, pero sabemos que la exposición a ciertos virus en el embarazo se ha descrito que puede aumentar porque cambia el desarrollo del cerebro y puede haber unas mutaciones que pudiesen aumentar el riesgo de padecer la condición”, aclaró.

Vencer estigmas

Frases como “¡Estás loco!” y “Eso son changuerías” son solo algunas de las frases que se pronuncian y que están cargadas del estigma con el que viven los pacientes que sufren un diagnóstico de esquizofrenia. No obstante, plantea que hay que ser empático con el sufrimiento de esa persona cuando está en esa desorganización mental y no referirse a ellos de manera despectiva.

“Tus pensamientos están ahí todo el tiempo, no es silente. La esquizofrenia hace ruido en la cabeza, por eso cansa, agota, es exhausto. Por eso muchas veces no les dan la atención, piensan que no hay inteligencia, y que si tienes este diagnóstico eres bruto o no es inteligente, cuando la inteligencia o la capacidad intelectual no tiene que ver con la condición, obviamente si estás desorganizado tú no puedes ejecutar asertivamente”, abundó.

Aunque la doctora Fumero reconoce que es una condición de salud mental seria, enfatiza en que sí existen tratamientos que cuando se inician tempranamente y con consistencia, resulta en personas que logran un control de síntomas, por lo que se reintegran, ya sea académicamente, en la fuerza laboral y en la funcionalidad familiar, que tanto se afecta.

“Hay algunos pacientes que son un poco más retantes para lograr la consistencia en tratamiento, pero para eso tenemos alternativas. Tenemos mecanismos de acción diferentes y combinación de fármacos. Si se hace el diagnóstico va a necesitar tratamiento de por vida, pero esos tratamientos se van modificando y ajustando. Buscamos lo que sea más factible, tanto en respuesta, como en tolerancia y en acceso a los tratamientos, y evitar un componente neurodegenerativo.

De acuerdo con la doctora Fumero, existe una serie de medicamentos, a los que le llaman “de segunda generación”, con los que la gran mayoría de los pacientes van a poder responder a varios de sus síntomas, como alucinaciones, delirio y el perder contacto con la realidad.

“Queremos preservar su capacidad cognitiva, así que tenemos un sinnúmero de medicamentos que le llamamos de segunda generación que realmente deberían ser opciones. No a todos ellos se les hace fácil tomar una pastilla, sobre todo al principio, que no quieren tomar nada porque piensan que es algo que les va a hacer daño o los quieren envenenar. Sabemos que muchos familiares a veces hacen malabares por lograr que el paciente se tome su medicina, por lo que existen opciones inyectables de larga duración, que se les ponen cada tres meses o cada seis meses. Esto facilita en muchas instancias el que el paciente sea consecuente y continúe recibiendo esa opción. Con un adecuado tratamiento de la especialista médico, estas personas logran ser funcionales, o por lo menos muchos pueden minimizar sus síntomas, integrarse y no podemos continuar con el estigma de que los vamos a desahuciar porque eso que tienen es esquizofrenia. Estos responden a tratamiento y pueden tener una calidad de vida mejor”, sentenció.

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