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La doctora Verouska Ballester Vargas busca educar a la población sobre sobre la importancia de la educación y la detección temprana.
La doctora Verouska Ballester Vargas busca educar a la población sobre sobre la importancia de la educación y la detección temprana. (Suministrada)

Desde muy temprano en su vida, la doctora Veroushka Ballester Vargas sabía que quería estudiar una carrera relacionada con las ciencias. Pero uno de los momentos que más la marcó y que la hicieron tomar la decisión de escoger la carrera de medicina fue la oportunidad que tuvo de ser voluntaria en el Centro de Cáncer del Hospital Auxilio Mutuo, dirigido por el doctor Fernando Cabanillas.

“Me di cuenta de que los doctores no tan solo ayudan a los pacientes con tratamiento, sino que muchas veces también sirven de psiquiatras, amigos y de confidentes. Creo que esa experiencia fue el ‘turning point’ que me hizo decidir por la medicina”, comenta la joven gastroenteróloga quien, junto a su esposo, el también médico, Gerardo Miranda, vivió en Nueva York en los últimos seis años hasta que decidieron que era hora de regresar a su tierra, cuando comenzaba la pandemia.

“Trabajaba en la Universidad de Columbia en un programa con pacientes de alto riesgo de cáncer gastrointestinal donde hacíamos un programa de tratamiento personalizado y de vigilancia. Mi esposo era el director del programa de Medicina Deportiva del hospital Mount Sinai. Allí tuvimos a nuestro bebé, Mateo Sebastián, y decidimos regresar porque queríamos que nuestro hijo creciera en Puerto Rico, donde nacimos y nos criamos”, comenta Ballester, aunque resalta que también querían contribuir al país con la experiencia y el conocimiento adquirido.

“Queremos aportar nuestro granito de arena. Traemos una preparación e ideas con las perspectivas de los lugares donde hemos entrenado y hemos trabajado”, agrega entusiasmada la gastroenteróloga, quien después de estudiar en la Escuela de Medicina del Recinto de Ciencias Médicas y de hacer la especialidad en gastroenterología, así como una maestría en investigación clínica traslacional, fue aceptada en Clínica Mayo para hacer un “Advanced Fellowship” en cáncer gastrointestinal.

“En aquel momento estaba empezando a surgir todo esto de las pruebas genéticas asociadas con síndromes hereditarios. Mi área de investigación fue en el síndrome de Lynch, un cáncer colorrectal hereditario. Tuve la oportunidad de conocer las pruebas genéticas y la medicina personalizada que permite diseñar el manejo de pacientes de alto riesgo, algo que me llamó mucho la atención porque pensé que ahí estaba el futuro de la medicina”, explica Ballester, tras mencionar a dos mentoras en el RCM que admira: las doctoras Esther Torres y Marcia Cruz Correa “que son modelos a seguir”.

Precisamente, en el mes de concienciación de cáncer colorrectal, la doctora Ballester quiere resaltar la importancia de la educación y de las pruebas de cernimiento para detectar a tiempo cualquier problema en el sistema gastrointestinal.

“En la gastroenterología se pueden hacer procedimientos diagnósticos y terapéuticos en una gama extensa de patologías”, explica la especialista. De hecho, resalta que una de las primeras causas de muerte por cáncer en la isla es el cáncer colorrectal, además de ser el segundo más común en hombres y mujeres. Sin embargo, enfatiza que se trata un cáncer que se puede prevenir si se hace una prueba como la colonoscopia.

“El cáncer colorrectal comienza con lo que se conoce como pólipos, que son crecimientos precancerosos del revestimiento del intestino. Si te haces una colonoscopia y se encuentran esos pólipos, se remueven durante el procedimiento lo que elimina el riesgo de que se convierta en cáncer”, explica la doctora Ballester, quien destaca que la idea de hacer el estudio en pacientes que no tienen ningún síntoma es, precisamente, buscar pólipos y removerlos a tiempo.

“Muchas veces, si se espera a que los pacientes tengan síntomas, como sangrado rectal, anemia o algún cambio repentino en los hábitos de ir al baño, esos pólipos ya han tenido tiempo de progresar a cáncer”, advierte la gastroenteróloga, quien comparte oficina con la doctora Suzette Rivera MacMurray, en Santurce, pero dice que tiene planes de también hacer investigaciones -una de sus pasiones- en el Recinto de Ciencias Médicas junto a la doctora Cruz Correa.

La especialista resalta que hasta fechas recientes se recomendaba comenzar a hacer la colonoscopia a los 50 años en personas de riesgo promedio en la población general, que no tiene síntomas, ni historial familiar ni de cáncer ni de pólipos.

“Pero en el 2018, la Sociedad Americana de Cáncer recomendó que la edad para comenzar la prueba se disminuyera a los 45 años porque se empezó a ver un patrón de un aumento de cáncer colorrectal a edades más tempranas. También se debe tener en cuenta que personas que tienen historial familiar de cáncer colorrectal, particularmente sin son padres, hermanos o hijos, se recomienda que empiecen a hacerse la colonoscopia a los 40 años o diez años antes de la edad en que se diagnosticó al familiar”, explica.

Sin embargo, una de las situaciones que se ha observado durante la pandemia, lamenta Ballester, es que ha habido una marcada disminución de personas que se hacen la colonoscopia, lo que podría abonar a que siga en aumento el número de casos nuevos de este cáncer. “Esa es una de las preocupaciones porque todos estos estudios que son de cernimiento se han dilatado. Por eso es tan importante la campaña de este mes de marzo de concienciar para que la gente sepa que debe continuar con su cuidado médico”.

Cabe resaltar que hoy, 5 de marzo, la Colación de Cáncer Colorrectal invita a las personas a vestirse de azul y compartir las fotos en las redes sociales como una forma de unirse al llamado contra esta enfermedad y para concienciar sobre la importancia de hacerse la colonoscopia a tiempo.

Herencia y predisposición genética

Aunque la doctora Ballester señala que ve todo tipo de condiciones gastrointestinales, indica que también le interesa promover la prevención y que se haga más medicina personalizada.

“Mi ‘expertise’ (peritaje) es con pacientes de alto riesgo con un historial familiar de cáncer gastrointestinal. Creo que es importante identificar a estos pacientes y ver cuáles son candidatos para hacerse la prueba genética para obtener un poco más de información de cómo personalizar su manejo en cuanto a tratamiento, cernimiento y vigilancia”, explica la gastroenteróloga, mientras destaca que uno de cada diez casos de cáncer colorrectal está relacionado a un síndrome hereditario “que nacen con la predisposición genética a desarrollar cáncer”. Mientras que alrededor de 30% de este tipo de cáncer se asocia a una predisposición familiar -que tienen un familiar de primer grado con cáncer -como madre, padre o hermano.

De ahí la importancia, recomienda Ballester, de hacer un buen historial familiar. Por ejemplo, dice que los que tienen estos síndromes hereditarios de cáncer, además de cáncer colorrectal, tienen un riesgo aumentado de otros cánceres. Menciona, por ejemplo, a los pacientes con el síndrome de Lynch, el síndrome hereditario de cáncer colorrectal más común, pero que también tienen riesgo de cáncer de endometrio, ovario, estómago y de intestino delgado.

“Por eso, lo importante es hacer un historial familiar bien detallado y decidir quiénes son posibles candidatos a pruebas genéticas”, recomienda la gastroenteróloga, quien cree que también es muy importante que toda la población tenga acceso apropiado a los servicios de salud. “A veces por razones económicas no pueden ir a los médicos. Eso también es clave”.

Por ahora, la doctora Ballester afirma que se siente feliz de tener la oportunidad de regresar a su país para “ayudar a mi gente”. Pero también destaca que lo ve como una nueva oportunidad para poder implementar su experiencia y ayudar en el cuidado médico de los pacientes. “Me llena de ilusión la posibilidad de poder ayudar a estos pacientes de alto riesgo y poner en práctica la medicina personalizada”.

Síntomas de cáncer gastrointestinal

Según la doctora Veroushka Ballester, el cáncer puede afectar diversos órganos en el sistema gastrointestinal. Entre ellos, menciona el esófago, estómago, páncreas, hígado, intestino delgado y colon. Aquí algunos de los síntomas que describe y que debes tener en cuenta:

- Sangrado rectal

- Anemia

- Cambios repentinos en los hábitos de ir al baño

- Pérdida de peso sin razón aparente y sin estar haciendo dieta

Entre los factores de riesgo, Ballester menciona las causas genéticas, hereditarias, la edad y factores ambientales, como la dieta y el consumo alto de carnes rojas y grasa, además de obesidad y ser fumador.

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