Nota de archivo: este contenido fue publicado hace más de 30 días.

Rylae-Ann Poulin, una niña que se benefició de una terapia genética que es inyectada directamente al cerebro, posa en Bangkok, Tailandia, el 14 de enero de 2023. (AP Foto/Sakchai Lalit)
Rylae-Ann Poulin, una niña que se benefició de una terapia genética que es inyectada directamente al cerebro, posa en Bangkok, Tailandia, el 14 de enero de 2023. (AP Foto/Sakchai Lalit) (Sakchai Lalit)

Cuando Rylae-Ann Poulin tenía un año, no gateaba ni balbuceaba como otros niños de su edad. Un trastorno genético raro le impedía incluso levantar la cabeza. Sus padres tomaban turnos para sostenerla erguida durante la noche, para que pudiera respirar cómodamente y dormir.

💬Ver comentarios