Los síntomas de un trastorno de ansiedad pueden comprometer muchas áreas de la vida de la persona e interfiere con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la escuela y las relaciones entre personas.
Los síntomas de un trastorno de ansiedad pueden comprometer muchas áreas de la vida de la persona e interfiere con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la escuela y las relaciones entre personas. (Shutterstock)

La ansiedad es un sentimiento de miedo, temor e inquietud. Puede hacer que sudes, te sientas inquieto y tenso, y hasta tener palpitaciones.

Algo similar le ocurrió a la periodista Valeria Collazo Cañizares, experiencia que compartió con sus seguidores a través de las redes sociales hace varias semanas. “La otra noche no pude dormir. Había tenido un buen día, pero cuando ya estaba por acostarme, empecé a tener una serie de síntomas que ya conozco demasiado bien. Me faltaba el aire, me dolía el pecho, empecé a ver borroso y a tener pensamientos catastróficos. Me dio un ataque de ansiedad como hace mucho no me daba uno”, escribió al comienzo de su publicación, en la que enunció que la salud mental no puede ser un tabú y en ánimo de que otras personas que pasan por una situación similar se sienta no solo identificadas, sino comprendidas y acompañadas.

Conversar acerca del tema de la ansiedad es necesario, puesto que esta viene siendo un cúmulo de emociones que no discrimina. Las emociones las vivimos todos, como seres humanos que sentimos. Por tanto, todos podemos sentir ansiedad en algún momento.

Por otro lado, el caricaturista conocido como “Arte Cardé”, quien se ha dado a conocer en las redes sociales por ser el creador de las evoluciones de diversas personalidades, también compartió algunos de los episodios de ataques de ansiedad.

“¡Se siente como morir! Para los que no saben, una de las cosas más terribles por las que he pasado en mi vida han sido los ataques de ansiedad o pánico. Llevo algunas semanas sufriéndolos. No se los deseo ni a mi peor enemigo. Lo triste es que no quisiera tomar medicamentos que me creen dependencia, pero en verdad no sé qué hacer ya… No sé si toda esta ansiedad me obligue a tomar una pausa en mi carrera. Pero definitivamente mi cuerpo está tratando de decirme algo, han sido 5 años con ustedes sin detenerme ni un solo día. Tengo mucho más arte para darles, pero siento que yo debo estar bien primero. Cuidemos nuestros pensamientos, ¡lo son todo!”, destacó el artista durante una de sus publicaciones.

Cabe destacar que la ansiedad puede ser una reacción normal al estrés. Por ejemplo, puedes sentirte ansioso cuando te enfrentas a un problema difícil en el trabajo, antes de tomar un examen, entregar algún proyecto en la universidad, o antes de tomar una decisión importante. Si bien ese estrés es lo que nos mueve a trabajar, a realizar nuestras responsabilidades, ayuda a enfrentar una situación, además de darte un impulso de energía o ayudarte a concentrarte, una vez pasa ese evento de estrés, esa ansiedad se disipa. Sin embargo, para las personas con trastornos de ansiedad, el miedo no es temporal y puede ser abrumador.

“Haya un estresor o no, la persona con un trastorno va a sentir ansiedad”, explicó la psicóloga licenciada Jessica Rivera Carro, del Grupo de Servicios Especializados en Psicología e Integrativos (SEPI) al resaltar la importancia de diferenciar el estrés, de un trastorno de ansiedad y de un ataque de pánico, pues se tratan de tres afecciones diferentes.

Según explicó, los trastornos de ansiedad son afecciones en las que la ansiedad no desaparece, suele ser más intensa y puede empeorar con el tiempo. Los síntomas pueden comprometer muchas áreas de tu vida e interferir con las actividades diarias, como el desempeño en el trabajo, la escuela y las relaciones entre personas.

“Cuando se trata de un trastorno de ansiedad, esta suele ser un poco más intensa. El ataque de pánico ya es un episodio que dura aproximadamente 10 minutos, a diferencia de una ansiedad que puede durar un mes, hasta seis meses, o hasta años. La persona puede vivir con ansiedad si se trabaja a tiempo”, señaló.

Existen varios tipos de trastornos de ansiedad, incluyendo:

Trastorno de ansiedad generalizada: Las personas con este trastorno se preocupan por problemas comunes como la salud, el dinero, el trabajo y la familia. Pero sus preocupaciones son excesivas y las tienen casi todos los días durante al menos 6 meses.

Trastorno de pánico: Las personas con trastorno de pánico sufren de ataques de pánico. Estos son repentinos y repetidos momentos de miedo intenso sin haber un peligro aparente. Los ataques se producen rápidamente y pueden durar varios minutos o más.

“En un ataque de pánico, la persona siente literalmente que se va a morir, se queda sin respiración, siente que se está ahogando, que no puede respirar bien y a veces lo confunden con un ataque del corazón. Por eso es que muchas personas cuando tienen ataques de pánico lo primero que hacen es ir a una sala de emergencia, porque piensan que le están dando algo en el corazón y piensan que se van a morir. Cuando descartan algo físico, se dan cuenta que se trata de un asunto emocional”, manifestó la licenciada Rivera Carro.

Fobias: Las personas con fobias tienen un miedo intenso a algo que representa poco o ningún peligro real. Su miedo puede ser por arañas, volar, ir a lugares concurridos o estar en situaciones sociales (conocida como ansiedad social).

“Una persona con un trastorno de ansiedad diagnosticado también puede sufrir de ataques de pánico. O sea, que puede vivir con ansiedad constante y lo puede tal vez manejar el día a día, pero también puede tener episodios de ataques de pánico dentro del diagnóstico de ansiedad. Si no se trabaja a tiempo el diagnóstico de ansiedad se comienza a desarrollar también ataques de pánico. Muchas veces las dos están en conjunto, las dos coexisten. O sea que para yo decir que padezco de trastorno de ansiedad, debe ser diagnosticado ser diagnosticado por un profesional de la salud mental, ya sea un psicólogo o un psiquiatra.

Señales a las que debemos estar atentos

  • De acuerdo con la psicóloga, lo primero que hay que evaluar son las necesidades básicas. “Si tú no estás durmiendo bien, o ya sea que estás durmiendo demasiado o durmiendo muy poco; si te está faltando el apetito o estás comiendo demasiado; te están dando dolores físicos que antes no estaban, tales como dolores musculares y en las coyunturas, dolor de cabeza, y de estómago; esas tres cosas ya pueden ser indicadores de que hay algo que está pasando”, precisó.
  • Tener pensamientos intrusos, ya es un indicador clave. “Si estás en un momento de relajación, estás con tu familia y te das cuenta que te ahogan de repente unos pensamientos intrusos de mucha preocupación, de miedo al futuro, que son intrusivos y catastróficos, que no los puedes controlar. Eso te va a llevar probablemente a sentirte como que ahogado o desesperado, por lo que es otro indicador de que hay que buscar ayuda”, añadió.
  • A nivel físico y/o corporal, la persona puede sufrir “rash”, les puede dar asma o brotársele la piel, así como las quejas somáticas, en donde los dolores de cabeza son bien concurrentes y comunes, bajo los trastornos de ansiedad, así como los dolores de estómago, cuando la persona padece de estreñimiento.

Una persona que esté pasando por un trastorno de ansiedad o un ataque de pánico, donde vengan los pensamientos intrusos, puede sentir también de alguna manera que le falta el aire y experimentar ese tipo de sensaciones, pues tienen un componente físico y siempre se van a reflejar en el cuerpo de alguna manera.

“Muchas veces el cuerpo habla primero que la mente y nos deja saber que nos pasa algo. Así que ese sentido de que te vas a desmayar, de que siente un hormigueo en las manos o en la cara, y hasta dolor en el estómago, son componentes físico de la ansiedad o del ataque de pánico en el cuerpo. Es como esas alarmas que te están dejando saber que hay algo que está pasando a nivel emocional, que hay que manejar y que hay que estar atento entonces a eso”, detalló.

Acude a un médico de la salud mental

Cuando uno empieza a ver este tipo de señales, el primer paso debe ser acudir a un especialista de la salud mental. El tratamiento puede variar de acuerdo con la afección que sufra cada quien.

“Los tratamientos más recomendados son la terapia psicológica, una terapia que sea con un profesional o un psicólogo, que sea de al menos una hora semanalmente o una frecuencia semanal, y que si es necesario se combine con tratamiento farmacológico, ya entonces ahí entraría un psiquiatra. Hay personas que no necesitan medicamentos, que solamente con terapia psicológica se puede manejar”, destacó Rivera Carro.

Asimismo, aclaró que los medicamentos no tienen que ser para toda la vida y los comparó su similitud a cómo funciona un yeso en alguna parte del cuerpo.

“Es como cuando tú te rompes un brazo, que te ponen un yeso en lo que ese hueso se va mejorando y luego te lo quitan. Pues así mismo son los medicamentos para la depresión y la ansiedad”, agregó.

¿Cuán importante es normalizar los trastornos de ansiedad, hablarlo y buscar ayuda?

“Yo diría que es tan importante como que pensemos que podemos salvar una vida si lo hablamos. Hasta ese punto podemos salvar a personas que tienen estos pensamientos intrusos y que para terminar con ese sufrimiento han pensado suicidarse porque sienten que no pueden más. Al no hablarlo o no atreverse a comunicarlo porque no tiene la suficiente confianza, la persona se queda con todos esos dolores por dentro y pueden llegar entonces a cometer el acto de suicidio”, previno.

Así que es un tema que debe hablarse y normalizarse, con la intención de que las personas que lo sufren puedan abrirse y expresar sus emociones.

“Es sumamente importante y puede salvar vidas. Conozco personas que nada más con hablarlo y ventilarlo con una persona de confianza, de apoyo o profesional de la salud, ha sido pieza clave para que puedan comenzar un proceso terapéutico para sanar, y obviamente ir bajando ese nivel de sufrimiento”, dijo.

Por otro lado, la especialista de la salud mental invita a que si conocen a alguien, algún ser querido, algún amigo o amiga que sufra de trastornos de ansiedad y no ha buscado ayuda, se atreva a recomendarle alg’un tipo de terapia. “Hay quienes no se atrevan por miedo a que esa persona lo tome como un insulto. Pero, fíjense, el recomendar terapia, recomendar ese servicio, debería ser un lenguaje del amor. Le estás diciendo a esa persona, ‘me preocupas, necesito que estés bien y tengo esta alternativa para ti’. Así que atrevernos a recomendar la terapia sea visto como algo normal. Cuando tenemos catarro, vamos al médico. Cuando tenemos caries en los dientes, vamos al dentista. Cuando tenemos algún sufrimiento emocional, pues vamos al psicólogo”, resaltó.

Otro modo de ayudar y apoya es escuchando, practicando la escucha activa y empática, así como validar ese sufrimiento. ¿Cómo lo validas? Puedes indicar, “no he pasado por eso que estás pasando, pero fíjate, de lo que me estás contando, me suena bien difícil lo que estás atravesando o viviendo” o “Me imagino, yo en tu posición, me sentiría igual”. Eso es un tipo de ejemplo de cómo podemos validar a los demás en medio de un momento doloroso.

Algunas recomendaciones de prevención

Para evitar que los pensamientos intrusos lleguen, persistan y puedan desencadenar en un trastorno de ansiedad, la psicóloga licenciada Rivera Carro ofrece algunas recomendaciones.

  • Una de las más importantes es hacer ejercicio, ya sea caminar, correr, hacer alguna rutina programada, ya sea con un entrenador, una clase virtual o grabada, o hasta caminar al menos unos dos mil pasos al día. Realizar unos 15 minutos de ejercicio todos los días será suficiente para mantener estable el estado de ánimo.
  • Practica la respiración consciente para reducir la presión arterial y la tensión muscular, conseguir efectos inmediatos de relajación y control del estrés. Concentrarse en la respiración, inhalar por la nariz y exhalar por la boca. Las respiraciones cortas y normales están bien. Siente cómo tu respiración entra y sale. Dedica un momento a observar dónde puedes sentirla en el cuerpo, cómo se desplaza de la nariz a la garganta y al pecho. Los hombros pueden estar subiendo y bajando. También es posible que su vientre se mueva hacia adentro y hacia afuera.

“A veces estamos tan ajetreados y tan desesperados en el día que no nos damos cuenta que estamos respirando corto. Esa respiración corta quiere decir que ese oxígeno no está llegando al cerebro. Por lo tanto, si no hay oxígeno suficiente en el cerebro, el cerebro en algún momento va a explotar y va a dar un shutdown. Así que también puede pasar eso, la respiración consciente es importante”, subrayó.

  • Establecer rutinas y límites también ayuda a manejar la ansiedad. Una persona ansiosa muchas veces dice que se siente fuera de control en su vida, como que no tiene nada en control y por eso le preocupan tantas cosas.
  • Mantén una higiene del sueño. Este nombre se le da a un conjunto de prácticas que ayudan a cuidar la calidad del sueño y a prevenir desajustes en los horarios y en la calidad del descanso, etcétera. Esto incluye: establecer una rutina que te haga sentir en control de tu diario vivir, acostarte a la misma hora y dormir por lo menos de 7 a 8 horas, desconectarte de las redes virtual y las luces que comprometen el sueño, alejar el teléfono de la cama -lo más qe se pueda- y evotar las ondas que emite y pueden afectar el cerebro, el ritmo circadiano y el sueño.
  • Si tienes preocupaciones sobre el área financiera, toma tiempo con un profesional de salud mental o una persona de confianza. Escribir las preocupaciones que tienes y concretizarlas en un papel permitira que veas qué preocupaciones puedes resolver al momento y cuáles no.
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