Ivelissa Rios también se certificó como "coach de vida".
Ivelissa Rios también se certificó como "coach de vida". (José Vallellanes)

En la vida, toda crisis emocional es compleja. Nadie cuenta con un salvavidas para cada naufragio ni un paracaídas para cada salto al vació. Sin embargo, de todo se sale. A veces con más madurez, otras con cicatrices imborrables y, en ocasiones, transformados.

Para la “influencer” gastronómica puertorriqueña Ivelissa Rios, su trastorno por consumo de alcohol se presentó como un camino desconocido en el que la determinación, el autocontrol y el deseo de cambio sirvieron de brújula. Estos tres elementos abrieron paso para que la corozaleña saliera adelante con la cabeza en alto.

En el caso de la estrella de las redes sociales, que cuenta con más de 260 mil seguidores en su cuenta de Instagram, la enfermedad no se controló con un boleto de avión ni alejándose de su entorno. La egresada de los programas de Administración de Empresas y Enfermería de la Universidad del Sagrado Corazón, en Santurce, simplemente, se dejó llevar por el “ritmo de la vida”.

“Yo no imaginaba ni vida sin alcohol. ‘Sería aburrida’, pensaba”, comenzó la boricua radicada en Orlando, Florida, “el municipio 79 de Puerto Rico”, como le llama. “Entonces llegó la pandemia y me encontré con mis demonios. Una copita me llevaba a otra, y así”, continuó Rios.

Aquel tiempo de cierre, aislamiento e incertidumbre supuso el escenario perfecto para que la enfermera llevara su pasión por la cocina al mundo vertical de TikTok. El día que descargó la aplicación, sin saberlo, adquirió la herramienta que le cambiaría la vida por completo.

Además de ayudar a otros a cocinar, la madre de tres estaba consciente de que “los podía poner a gozar, pero no era para tanto”. En cuestión de horas, quien es conocida por la frase “sígueme pa’ que te jaltes”, viralizó recetas criollas como arroz blanco, tostones y mofongo.

Además de crear una comunidad ávida de aprender a hacer algo más que un huevo frito, sin darse cuenta, Ríos encontró el tratamiento ideal contra el alcoholismo que no había hallado antes. La creadora de “Ivelissa riendo y comiendo” detalló en entrevista telefónica con El Nuevo Día que, incluso, había asistido a reuniones de Alcohólicos Anónimos.

“(Durante la pandemia) Me la pasaba metida en las redes sociales subiendo videos. Cuando no, estaba comprando luces, cámaras, de todo para que las publicaciones se vieran mejor cada día, y me olvidé del alcohol. También había dejado el cigarrillo porque una cosa iba con la otra. Había perdido 60 libras, me sentía mejor y más fuerte”, comentó con entusiasmo quien hoy celebra dos años y medio de sobriedad.

Este período -que no termina- no solo le ha devuelto la confianza de sus hijos y su esposo. Ríos también recuperó el control de su vida, tanto, que renunció a la enfermería para dedicarse a la creación de contenido para redes sociales.

En este nuevo camino, la orgullosa platanera encontró otro propósito de vida: motivar a otros. Impulsada por sus mismos seguidores, la empresaria anunció con orgullo su reciente certificación como “coach de vida”. A través de la sección de “eventos” en Facebook, la “influencer” celebra una serie de charlas virtuales que lleva por nombre “Reparándote con Ivelissa”.

“Allí, por $19.99 intento aportar en las personas sobre cómo pueden reparar esas áreas que tanto les han afectado por años. Lo mejor es que lo pueden disfrutar donde sea y cuando sea. Les aseguro que vivirán más simples y sencillos”, garantizó quien no ha vuelto a probar ni una gota de alcohol y tampoco “hace falta”, puntualizó.

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